lunes, 29 de febrero de 2016

Llevar horarios regulares de sueño es bueno para su cerebro

Dormir bien es algo necesario para garantizar la salud a cualquier edad, pero en el caso de los niños es especialmente importante: su cerebro está  desarrollándose.
Además de dormir el tiempo recomendado según su edad, es importante que los niños adquieran ciertos hábitos y se acostumbren air a la cama siempre a la misma hora. Según un estudio publicado en la revista científica Journal of Epidemiology and Community Health, la falta de un horario regular de sueñopuede frenar el desarrollo intelectual de los niños entre 3 y 7 años.
Para llegar a estas conclusiones, los investigadores, del University College of London (Reino Unido), seleccionaron a más de 11.000 niños de 7 años y les realizaron diversas pruebas para evaluar sus habilidades espaciales, en lectura y en matemáticas. Además, recopilaron información sobre loshorarios de sueño de los pequeños, tanto en ese momento como cuando tenían 3 y 5 años.
Los datos revelaron que los niños con horarios irregulares, así como aquellos que se iban a dormir tarde, obtenían peores resultados en los test realizados. Además, este efecto era acumulativo, es decir, la falta de rutinas de sueño en los años anteriores también se asociaba con un menor rendimiento intelectual, siendo especialmente importante el sueño a la edad de 3 años.
Según los autores, el hecho de irse a dormir cada día a una hora diferente podría alterar los ritmos naturales del cuerpo y afectar tanto a la plasticidad del cerebro, como a su capacidad de adquirir y retener información. “Lo que suceda durante el desarrollo de un niño tiene profunda influencia en su salud y bienestar durante el resto de su vida”, explica Amanda Saker, una de las autoras de la investigación. “Por lo tanto, la reducción o interrupción del sueño, sobre todo si ocurre en momentos clave del desarrollo, puede tener efectos importantes en la salud futura”.

domingo, 28 de febrero de 2016

Trucos para cuidar de tus pechos en la lactancia

Trucos para cuidar tus pechos en la lactancia

¡Admitido! Has aumentado una talla es sujetador, sientes molestias en los pechos y es posible que se caigan. Pero no te agobies: estos problemas en la lactancia son frecuentes y tienen solución.

Karmen Pascual

 Ver galeríaEjercicios para un pecho firme en el posparto

Hay que ser realista. Con la lactancia has aumentado una talla de sujetador y temes que tus pechos se llenen de estrías y se caigan. Además, es posible que amamantar a tu hijo no haya resultado tan sencillo como te habían contado (dolor, hinchazón...) y que en algún momento hayas tenido la tentación de tirar la toalla y pasarte al biberón.

Quizá no te consuele, pero esos problemillas (y alguno más) son muy comunes. Solo tienes que hablar con otras madres para comprobarlo y descubrirás que tienen solución.

Una solución para cada problema

"Tiraba del pezón y me hizo grietas"
"Tenía claro que quería alimentar a mi bebé con leche materna. Durante el embarazo leí todos los libros sobre lactancia que cayeron en mis manos, pero cuando nació Héctor, me sentí una ignorante. El dolor de los pezones era tan fuerte que se me saltaban las lágrimas cada vez que se agarraba al pecho. Me daba tanta vergüenza no ser capaz de alimentarle, que no me atreví ni a contárselo a la matrona. Solo cuando las heridas comenzaron a sangrar, decidí acudir a una reunión del grupos de apoyo al posparto de mi centro de salud. ¡Todo un acierto! Allí había más madres con problemas como el mío,  y entendí que el primer mes es el más difícil.

Me enseñaron cómo colocar el niño al pecho: Héctor no cogía la areola al mamar, solo el pezón, y eso me provocaba grietas. Otra mamá que había pasado por lo mismo que yo me recomendó usar lanolina para curar los cortes (que no es tóxica para el niño) y ponerme pezoneras al menos dos o tres días, hasta que mi bebé se agarrara bien y las heridas dolieran menos.

También aprendí cómo prevenir problemas en el pezón: dejo secar el pecho al aire y humedezco los pezones con unas gotas de leche materna. Desde entonces, disfruto con la lactancia. Mi hijo ya tiene un año y sigo dándole de mamar. ¡Y pensar que por poco me lo pierdo!".

Radia García (Madrid)


"Una infección... ¡al destetar!"
"Sofía se enganchó al pecho nada más nacer y la lactancia fue muy sencilla... hasta que empecé a destetarla para reincorporarme al trabajo. Fui eliminando una toma cada cuatro días y me sacaba la leche sobrante con el sacaleches, pero mis pechos estaban cada vez más duros y doloridos.

Decidí ir al médico cuando uno de los pezones se puso blanco y chafado. Tenía infección por vaciarlo poco. ¿Cómo era posible si mi niña comía todo lo que quería? Me recetó antibióticos y lactobacilos y me explicó qué tenía que dejar de usar constantemente el sacaleches si no quería sufrir un efecto rebote (lo contrario a lo que buscaba): que mis pechos produjeran cada vez más.

La inflamación bajó colocando en el pecho, entre las tomas, bolsas de guisantes congeladas y vaciando solo un poquito el pecho (con las manos)".

Isolina Valle (León)



"Mamaba y mamaba y mi pecho seguía hinchado"
"No entendía por qué mis pechos estaban siempre tan congestionados. Ponía a León a mamar siempre que quería, 15 minutos en cada pecho y los dos por toma. Pero él cada vez pedía con más frecuencia y no conseguía deshinchármelos, como si se quedara con hambre.

Una amiga me aconsejó que fuera a una reunión de la Liga de la Leche en mi misma localidad y mi vida cambió. La consultora me explicó que probablemente los conductos que pasan por la areola se habían estrechado y la leche salía peor. Por eso León pedía mamar cada hora (no le llegaba la comida) y al no poder succionar bien, la leche se acumulaba en las mamas. Me aconsejó dejarle en el mismo pecho todo lo que él quisiera, que ya se soltaría solito y si solo mamaba de uno, en la siguiente toma le ponía al otro.

Para bajar la hinchazón y ayudar a que la leche fluyera mejor, me daba duchas de agua caliente antes de la toma, masajeando el pecho desde la axila hacia el pezón. Y justo antes de la toma, ablandaba la areola vaciando hacia dentro, es decir, presionando con las puntas de los dedos hacia el pecho".

Montse Margall (Salou)



Los trucos de la experta

Paloma López Hernández, matrona de la Dirección Asistencial de Madrid asegura que los pechos "no serán como antes del embarazo, serán mejores".
Según su dilatada experiencia en el Hospital 12 de Octubre de Madrid, "la lactancia materna protege los pechos de posibles enfermedades, así que mejoran. La estética sí puede variar porque los ligamentos del pecho ceden. Pero si la mujer se cuida en la gestación con una dieta equilibrada y ejercicios tonificantes y no coge excesivo peso, suele recuperarse a los seis meses delparto".

Producto de sus conocimientos profesionales unidos a las "recetas" de mamás, oídas en sus diez años como supervisora en el hospital propone esto consejos para combatir problemas asociados a la lactancia:


Pérdida de volumen
Cuando la lactancia dura varios años, a veces los pechos quedan muy, muy pequeños, como si el niño hubiera chupado hasta la carne. La grasa del pecho se ha fundido para fabricar la leche.

Solución. En los próximos meses (bastantes meses, es un proceso lento) el pecho volverá a crecer y quedará más o menos como antes del embarazo.

Pechos caídos
Los ligamentos que sostienen el pecho pueden perder el tono con los aumentos bruscos de tamaño del embarazo y la lactancia.

Solución. Es importante garantizar su firmeza con un sujetador adecuado y ejercicios de tonificación (pectorales, pesas...). También hay que evitar las grasas en la comida y los deportes de contacto con el suelo (como step o running). Un pequeño chorro de agua fría sobre los senos al final de la ducha ayuda a tonificar la piel y mantenerla tersa.

Estrías
La piel puede romperse con los cambios bruscos de volumen, propios del embarazo y la lactancia.

Solución. Se pueden prevenir con una buena hidratación desde el inicio del embarazo. Además de los productos concretos (las cremas con colágeno dan buenos resultados pero deben retirarse antes de lactar), va muy bien para las estrías el aceite de rosa mosqueta.


El Colecho ( Carlos González)


Como hacer dormir a tu hijo ( Carlos González)


Porque quiere estar tu hijo contigo ( Carlos González)


Qué significa dar el pecho a demanda

Si estás dando el pecho a tu recién nacido, o si quieres dárselo cuando nazca, te habrán dicho que debe ser a demanda. ¿Qué significa eso exactamente?

Dr. Carlos González

“A demanda” no significa “cada vez que llora”. Porque por una parte, el bebé no solo llora por hambre; si ha mamado mucho y está engordando, puede que llore por otra cosa.

Por otra parte, el bebé ya tiene hambre antes de ponerse a llorar. Puede que solo pasen unos minutos, pero pasa un tiempo desde que el bebé tiene hambre hasta que se desespera tanto como para llorar. Antes habrá mostrado los signos precoces de hambre: hacer ruiditos, moverse, mover la cabeza como buscando, mover los labios como chupeteando, chuparse la mano... el simple cambio en el nivel de actividad (pasar de dormido a despierto, o de quieto a agitado) pueden ser signo de hambre.

Los primeros días, mamá no debe esperar a que el bebé llore, debe ponerlo al pecho a la menor sospecha.

Porque lo de “a demanda” tiene una excepción: cuando el bebé pierde peso, o gana demasiado poco, puede estar tan débil que duerme mucho y casi no llora. Entra en “modo ahorro de energía”, y se produce un círculo vicioso: el que no llora, no mama, y cada vez está más débil.

Por eso, aunque a las mamás les asustan los bebés que lloran mucho, a los pediatras nos asustan más los que lloran poco. De vez en cuando encontramos a un bebé de quince días cuya madre está muy tranquila “mama muy bien, se queda satisfecho, es un niño muy bueno...”, y al pesarlo viene el gran susto: 200 o 300 gramos menos que al nacer.

Él sabe cuánto mamar

Así que ante un bebé que pierde peso o que está enfermo no basta con esperar a que demande, sino que hay que ofrecer el pecho activamente. Y todos los recién nacidos pierden peso, por lo que siempre hay que ofrecerles a menudo. Convendría que mamasen al menos 10 o 12 veces en 24 horas.

Si un bebé mama menos, y no quiere más, y está engordando, pues vale, él sabrá lo que necesita.

Excepcionalmente, algunos recién nacidos engordan normalmente con apenas seis tomas al día. Pero hay que comprobar el peso antes de quedarse tranquila


Una herramienta para continuar a lactancia

continuar la lactancia
Cuando no puedes amantar a tu bebé, si te extraes la leche, puede continuar alimentándolo con el alimento completo que es tu leche a través de un biberón.

sábado, 27 de febrero de 2016

Diez errores de madre primeriza

Las mamás primerizas pueden cometer errores por falta de información o por exceso de celo. Te contamos algunos de los más comunes.
Luz Bartivas

1.- Esterilizar todo hasta que el bebé cumple un año:
Una buena higiene en los bebés es fundamental, sobre todo durante las primeras semanas de vida, pero no hay que obsesionarse. Lo que hay que intentar es que sus objetos estén bien limpios para que el bebé entre en contacto con un número determinado de bacterias que le ayuden a desarrollar sus propias defensas, pero no las suficientes como para que le provoquen una infección. Otra cosa son los niños prematuros, con ellos hay que extremar la higiene, sobre todo las primeras semanas de vida.

2.- Abrigarle demasiado
Los recién nacidos tienden a enfriarse, pero si les abrigamos demasiado sudan mucho. Además, se ha comprobado que aumenta el riesgo de asfixia y muerte súbita. Si la temperatura de la casa ronda los 20-22º el niño puede estar vestido con un body y un pelele entero de algodón, que le cubra los pies. Podemos saber si tiene frío si sus manos y pies están fríos o un poco amoratados. En ese caso conviene abrigarle más. Si suda por la parte del cuello y la cabeza, es que tiene calor y le quitaremos algo de ropa.

3.- Mantener toda la casa en silencio cuando duerme de día
Si mamá también aprovecha ese ratito para dormir y descansar, estupendo, pero si no, no es aconsejable hacerlo. Al cumplir el mes y medio, los patrones de sueño del bebé empiezan a relacionar los ciclos de luz-oscuridad y el pequeño está más predispuesto a dormir más tiempo por la noche. Por eso debe percibir la luz del sol y habituarse a los ruidos cotidianos de la casa durante las siestas para saber cuándo es de día. Además, si hay un silencio absoluto cuando el niño duerme, cualquier ruido le sobresaltará. Parar la actividad del resto de la familia durante el sueño del bebé no es bueno ni para el niño, ni para los padres.

4.- Bañarle todos los días
Los pediatras aseguran que con bañar a los bebés dos o tres veces a la semana es suficiente. Sobre todo en los que sufren dermatitis atópica, puesto que el manto graso de la piel se altera con el baño y pueden empeorar los síntomas. Si después de cada cambio de pañal limpiamos bien el culete del bebé con una esponja y le lavamos las manitas no es necesario usar la bañera a diario, y menos usar jabón (aunque sea muy suave) salvo que al pequeño le relaje el contacto con el agua calentita para dormir.

5.- Dejarle llorar
La teoría de que hay que dejar llorar a los niños porque si no se mal acostumbran no tiene ningún fundamento. Cuando un recién nacido llora debemos cogerle en brazos en seguida, consolarle e intentar averiguar qué necesita para proporcionárselo (mamar, que le cambien el pañal, arroparle, desarroparle...). Es la mejor manera de demostrarle que puede fiarse de sus padres porque estamos ahí cuando nos necesita.

6.- No dejar que nadie le toque o le coja
El miedo a que alguien enfermo contagie al niño si le besa o le coge en brazos es muy común en todas las madres, sean o no primerizas. Sin embargo, es de sentido común saber que si alguien está enfermo, no debemos llevar cerca de esa persona al pequeño para evitar contagios. También es normal que no queramos que le cojan desconocidos. Si la persona es sensata, no tiene por qué ofenderse.

7.- Cambiarle de pecho antes de que termine
La leche del final es la que más alimenta y sacia porque tiene más grasa que la del principio. Una vez que el bebé ha terminado (se sabe porque el pecho que acaba de soltar está completamente blando) se le pasa al otro pecho. Si el niño es muy pequeño es posible que se sacie enseguida. En ese caso hay que iniciar la siguiente toma por el pecho que no tomó o que tomó en segundo lugar. Para establecer una lactancia adecuada debe mamar y vaciar ambos pechos.

8.- Raparle la cabeza para que le crezca el pelo más fuerte
Los dermatólogos no recomiendan hacerlo, primero porque no es cierto que el pelo crezca más fuerte: crece exactamente igual. En segundo lugar, porque si el bebé es muy pequeño es posible que, al desaparecer el pelo, pierda calor corporal por la cabecita. Las características del pelo del bebé no serán definitivas hasta pasado su primer cumpleaños y dependen de su herencia genética.

9.- Hacer caso solo de la abuela (y pasar del pediatra)
Los tiempos cambian y lo que hace 30 años era ideal para los bebés, hoy ya no se recomienda. Aunque a veces echemos mano de la experiencia y sabiduría de nuestra madre, el pediatra es la persona que más conocimientos tiene sobre lo que es adecuado o no para nuestro hijo. En principio no deberíamos dudar de sus recomendaciones, ni sustituirlas por otras.

10.- Hacerse la fuerteAfrontar un parto e inmediatamente después el cuidado de nuestro hijo requiere un enorme esfuerzo físico, mental y emocional. Es normal que existan bajones en los que la madre cree que no puede con todo.Tirar para adelante aun cuando no estamos bien por miedo a que piensen que no somos buenas madres no es bueno ni para la madre ni para el niño.Admitir nuestras limitaciones, reconocer que estamos cansadas, que el cuidado del bebé nos agobia y nos angustia por la inexperiencia, y sobre todo, ser capaces de pedir ayuda cuando una situación nos desborda, ayuda a superar la situación y no nos hace más débiles. Al contrario, demuestra que somos humanas y sobre todo sensatas

10 verdades sobre la lactancia materna

¿Sabías que solo el 38% de los bebés del mundo son amamantados? ¿Y que dar el pecho reduce el riesgo de padecer cáncer de mama y ovario? No te pierdas este decálogo lleno de datos muy interesantes sobre la lactancia materna en el mundo que ha elaborado la OMS.
Victoria González

Según la Organización Mundial de la Salud(OMS), tan solo el 38% de los bebés menores de seis meses son amamantados. Se trata de una cifra muy baja, sobre todo si se tiene en cuenta que la lactancia natural es la mejor forma nutrición para los recién nacidos. Además, la organización afirma que, si se empezase a amamantar a cada niño en la primera hora tras su nacimiento, dándole solo leche materna durante los primeros seis meses de vida y siguiendo dándole el pecho hasta los dos años, cada año se salvarían unas 220 000 vidas infantiles.
Por todo ello, y con motivo de la Semana Mundial de la Lactancia, que se celebra entre el 1 y 7 de agosto, la OMS ha elaborado un decálogo con datos muy interesantes sobre la lactancia materna. El objetivo: conseguir que cada vez más mujeres se animen a amamantar a sus bebés como la opción más saludable, asequible y natural para alimentar a los recién nacidos.

1. Los primeros seis meses, solo lactancia materna
La OMS recomienda que, durante los primeros seis meses, el bebé se alimente exclusivamente de leche materna. La lactancia debería ser siempre a demanda y comenzar durante la primera hora de vida.

2. La lactancia protege al bebé de muchas enfermedades
Los beneficios para el recién nacido son bien conocidos: además de aportar todos los nutrientes necesarios para un correcto desarrollo, la leche materna contiene anticuerpos que protegen al lactante frente a enfermedades como la diarrea y la neumonía.

3. En las madres reduce el riesgo de padecer cáncer de mama y ovario
Dar el pecho también es bueno para las mamás: les ayuda a recuperar su peso anterior al embarazo, reduce las tasas de obesidad y reduce el riesgo de desarrollar cáncer de ovario y de mama. Además, si bien no es totalmente seguro, también funciona como método anticonceptivo natural, ya que ofrece un 98% de protección durante los primeros seis meses.

4. La lactancia da salud para toda la vida
Además de los beneficios inmediatos para la salud del bebé, numerosos estudios han demostrado las ventajas de la lactancia a largo plazo. Por ejemplo, los adultos y adolescentes que han tomado el pecho de niños tienen menos tendencia a padecer sobrepeso y a sufrir diabetes de tipo 2. Además, obtienen mejores resultados en los test de inteligencia.

5. La leche materna es más completa que la leche artificial
En primer lugar, la leche artificial no contiene los anticuerpos que hay en la leche materna, claves para que el sistema inmune del niño se desarrolle correctamente y le proporcione protección frente a enfermedades futuras. Por otro lado, si la leche artificial se diluye demasiado puede acarrear problemas de malnutrición para el bebé. Otros riesgos se asocian con la preparación de la leche en ausencia de las condiciones adecuadas de higiene, como el uso de agua insalubre o de material no esterilizado.
Además, mientras que el amamantamiento mantiene la producción de leche materna, si se usa leche artificial pero de repente se deja de tener acceso a ella, el retorno a la lactancia natural puede ser imposible.

6. El VIH se puede transmitir a través de la leche materna
La OMS recomienda que las madres infectadas por el VIH que quieran amamantar a sus hijos reciban antirretrovíricos, y sigan sus recomendaciones respecto a la alimentación del lactante, ya que el virus se puede transmitir durante el embarazo, el parto y la lactancia

7. Está prohibido distribuir muestras gratuitas de sucedáneos de leche materna
La comercialización de estos sucedáneos está regulada a nivel internacional según un código que se adoptó en el año 1981. En él se estipula que no haya actividades de promoción ni distribución de muestras gratuitas de dichos productos entre embarazadas, madres, familias y trabajadores sanitarios. Además, las etiquetas de la leche artificial deben informar sobre los beneficios de la lactancia materna.

8. Muchas mujeres tienen problemas cuando comienzan a dar el pecho
Nadie nace sabiendo, y problemas como el dolor en los pezones o el miedo a no tener leche suficiente son normales al principio. La iniciativa OMS-UNICEF de 'Hospitales amigos del niño' ofrece asesoramiento para madres y recién nacidos en unos 152 países del mundo. En España, la Federación Española de Asociaciones Pro-Lactancia Materna (FEDALMA) reúne a las asociaciones y grupos de apoyo que ayudan y dan consejo a las mujeres que quieren amamantar a sus hijos. Además, tu matrona también puede informarte al respecto.

9. El retorno al trabajo es una causa frecuente de abandono de la lactancia
Si en el centro de trabajo no se dispone de las condiciones adecuadas para continuar amantando, la mujer se ve obligada a abandonar la lactancia, total o parcialmente, mucho antes de lo deseado. Sin embargo, existen medidas que facilitan la conciliación entre esta práctica y la actividad profesional: la baja por maternidad remunerada, el trabajo a tiempo parcial, las guarderías en el lugar de trabajo, las instalaciones donde amamantar o extraerse y recoger la leche, y las pausas para dar el pecho.

10. A partir de los seis meses hay que introducir progresivamente nuevos alimentos
Como complemento a la leche materna, a partir de los seis meses los bebés deben empezar a comer alimentos sólidos. La OMS, además, recomienda que se administren en cuchara o taza en lugar de en biberón. La introducción de alimentos sólidos es un proceso que lleva su tiempo: hay que tener paciencia. La leche materna va a seguir siendo el principal aporte nutritivo para el bebé durante este periodo de transición, y el principal objetivo de la introducción desólidos en la dieta es que el niño se vaya acostumbrando a la comida “de los mayores.

Mi bebé tarda mucho en mamar

Crees que tu bebé tarda mucho en mamar y te preocupa este tema. El doctor Carlos González nos explica qué puede pasarle en este artículo.
Dr. Carlos
"Mi bebé de ocho semanas tarda mucho en mamar: se duerme al pecho, a veces llora y se pone rojo, regurgita mucho, suelta el pecho, vuelve a cogerlo, parece no saciarse nunca. Crece y engorda, pero siempre está intranquilo", nos comenta Sonia. Y nos pregunta qué puede pasarle a su hijo.
¿A la madre le duelen los pezones?
No es raro que en los primeros meses, el bebé tenga un comportamiento extraño. Pero si está engordando bien y a la madre no le duelen los pezones, lo más probable es que esté nervioso o intranquilo y que mejore con el tiempo.
Muchos bebés necesitan mamar con gran frecuencia y pasar el día en brazos. No obstante, no está de más comentarlo al pediatra para asegurarse de que no tienen ninguna enfermedad. Cuando la madre ha llevado al bebé al pediatra y el médico no ha visto nada, conviene que se ponga en contacto con un grupo de madres (se pueden encontrar las direcciones en www.fedalma.org), porque a veces es posible hacer algo para mejorar la posición al mamar. A veces, si el niño tiene la boca más abierta y el pecho más metido hasta el fondo, mama más rápidamente y sin tantas protestas.

Yodo y lactancia materna

¿Por qué es necesario tomar una cantidad extra de yodo durante la lactancia?
Porque las necesidades de yodo en la mujer lactante son casi el doble de las de un adulto sano, ya que además de cubrir sus propias necesidades tiene que garantizar que el bebé reciba todos los nutrientes que necesita, incluido el yodo, a través de la leche.¿Cuál debe ser la ingesta de yodo durante la lactancia?
La leche materna contiene una cantidad variable de yodo que depende de la ingesta de la madre. Puesto que  las necesidades del lactante son del orden de 90 µg/día, y el volumen de leche ingerido de 600 a 1000 ml/día, la concentración mínima de yodo en la leche materna debería ser de 100 µg /litro. Para conseguirlo, la madre debe ingerir en total al menos 250 µg de yodo al día.¿Se debe mantener durante la lactancia el mismo suplemento de yodo que se ha tomado durante el embarazo?
SÍ, el suplemento de yodo para una mujer lactando es el mismo que durante el embarazo y se debe mantener durante toda la lactancia.¿En qué dosis?
Las necesidades de yodo en la mujer lactante se estiman en 250-300 µg /día. Dado que  el consumo de sal puede estar reducido en ese período (la sal yodada es la fuente de yodo recomendada para todo el mundo), se aconseja un suplemento de 200 µg de yodo al día en forma de yoduro potásico, durante el periodo de lactancia, tanto si se lacta a un solo niño como si se trata de gemelos o hermanos (lactancia en tándemTomando habitualmente sal yodada, ¿también se necesita un suplemento extra de yodo durante la lactancia?
SÍ, porque la sal de mesa yodada aporta tan sólo la mitad de las necesidades durante este período. Una vez establecida en  nuestro país la yodación universal de la sal con una duración no inferior a dos años, y cuando su consumo sea generalizado en la población, ya no será necesario suplementar con yodo a la mujer embarazada o lactante.¿Existen restricciones para consumir la sal yodada en la lactancia?
No hay restricciones específicas por el hecho de estar lactando, y nos remitiremos a las que existan para la población general.¿Se debe administrar suplementos de yodo a una mujer lactante a la que se le ha extirpado el tiroides y está tomando tiroxina?
SÍ, porque el suplemento de yodo que se administra a la madre lactante es para garantizar el aporte adecuado de yodo al hijo, cuya única fuente de yodo es la leche materna, y además no perjudica a la madre a la que se le ha extirpado  el tiroides.Si una mujer lactante que se queda embarazada y no desea retirar la lactancia durante el embarazo. ¿Se mantendrá la misma recomendación de suplemento de yodo o cambiaría la dosis?
No existe una recomendación formal sobre ello, pero parece razonable recomendar que, si la madre consume sal yodada, lácteos, pescado y otras fuentes de yodo, tome el mismo suplemento que las madres lactantes que no están embarazadas (200 µg de yoduro potásico al día).¿La madre lactante de un niño con hipotiroidismo congénito en tratamiento sustitutivo con tiroxina, necesita un suplemento extra de yodo?
No, porque el aporte extra de yodo a la madre es para el tiroides de su hijo y al no tener función tiroidea, el bebé no necesita yodo. El yodo de la sal yodada es suficiente para la madre.

Tengo el pezón plano o invertido, ¿podré dar de mamar?

La forma del pezón no suele representar un problema para la lactancia, aunque a veces se necesita ayuda durante los primeros días para que el bebé se agarre al pecho.
En la mayoría de las ocasiones se trata de pezones planos pero elásticos, que pueden estirarse al agarrarlos con los dedos y tirar un poco hacia afuera. Normalmente, estos casos se resuelven poco a poco y no plantean dificultades para la lactancia. Conviene explicar a la madre que tiene que esperar a que el bebé abra mucho la boca y agarre así un buen "mordisco" de pecho. De esta forma, al iniciar la succión el bebé crea un vacío y el pezón va saliendo poco a poco. En ocasiones se aconseja el uso de una pezonera, aunque después puede ser difícil retirarla y que el niño se agarre directamente al pecho. También se han diseñado dispositivos para sacar el pezón, por medio del vacío, que pueden utilizarse en algunos casos.
Cuando se trata de un pezón invertido "verdadero", no protráctil (al apretar alrededor de la aréola se hunde hacia dentro del pecho y no puede estirarse), es más difícil conseguir que el niño se agarre bien, pero no imposible. Se puede probar a utilizar pezonera los primeros días. En algunos casos se consigue que el bebé aprenda a agarrarse y vaya formando algo de pezón, pero en otros la lactancia no es posible directamente al pecho y es necesario recurrir al sacaleches para vaciar los pechos y ofrecerle después la leche extraída al bebé por el método que se prefiera.

¿Es malo compartir la cama con el bebé?

La manera de dormir de los mamíferos se ha visto determinada, tras miles de años de adaptación, para garantizar su supervivencia. Los humanos, al ser los más dependientes durante el primer año de vida, muestran conductas encaminadas a fortalecer la relación con su cuidador, casi siempre la madre. Ésta representa la fuente de alimento, calor, protección, consuelo y soporte a las necesidades del recién nacido. El hecho de que el bebé se despierte con facilidad y llore en solicitud de alimento y estímulo disminuye el riesgo de que sufra bajadas del azúcar corporal (hipoglucemia) y asfixia (apnea). Por otro lado, la leche materna facilita que el niño coja el sueño, en parte porque contiene triptófano, una sustancia que actúa en el cerebro como inductor del sueño.
En toda la historia de la humanidad los niños han dormido con sus padres. Esta práctica se llama colecho cuando se comparte la misma cama. El contacto continuo favorece el desarrollo del vínculo afectivo, el bienestar del bebé, el desarrollo neuronal y la capacidad de respuestas adecuadas ante situaciones de estrés. Estudios recientes demuestran que la cercanía del niño y la madre facilita el mantenimiento de la lactancia materna y que ésta tiene un efecto protector frente al Síndrome de Muerte Súbita del Lactante. También se sabe que el colecho es más frecuente en los niños alimentados al pecho que en los que reciben lactancia artificial.
El patrón de sueño va cambiando a lo largo de los primeros años de vida. En general, las horas de sueño y los despertares nocturnos van disminuyendo, si bien existen amplias diferencias individuales. Cuando el niño se despierta por la noche, en ocasiones con pesadillas, asustado y agitado, busca refugio y consuelo junto a sus padres, en quienes tiene depositada su confianza afectiva. Hay que conocer los patrones normales de sueño para aceptarlos mejor. También hay que saber que no hay soluciones mágicas para evitar los despertares nocturnos y que el sentido común debe primar.
La decisión de dormir con sus hijos debe ser una opción de los padres. Tal decisión va ligada a la cultura y a los deseos de cada familia sobre la relación con sus hijos. A los profesionales de la salud, médicos, pediatras y enfermeras les corresponde dar información sobre ciertas circunstancias que pueden acarrear mayor riesgo para los niños si se practica el colecho, principalmente entre los menores de 6 meses de edad. En este sentido se deben establecer las siguientesrecomendaciones:
La forma más segura de dormir para los lactantes menores de seis meses es en su cuna, boca arriba, cerca de la cama de sus padres.La lactancia materna tiene un efecto protector frente al Síndrome de Muerte Súbita del Lactante y, por otro lado, el colecho es una práctica beneficiosa para el mantenimiento de la lactancia materna, pero también se considera un factor que aumenta el riesgo de Síndrome de Muerte Súbita del Lactante por lo que no debe ser recomendado en:Lactantes menores de tres meses de edad.Prematuridad y bajo peso al nacimiento.Padres que consuman tabaco, alcohol, drogas o fármacos sedantes.Situaciones de cansancio, especialmente de cansancio extremo, como el postparto inmediato.Colecho sobre superficies blandas, colchones de agua, sofá o sillones.Compartir la cama con otros familiares, con otros niños o con múltiples personas.Aquellos padres que deseen mantener una mayor proximidad con su bebé durante la noche, pueden optar por colocar la cuna al lado de la cama o utilizar una cuna tipo “sidecar” (superficie independiente adosada a la cama de los padres), que facilita la lactancia y no interfiere con la frecuencia de las tomas de pecho.

Los niños alimentados al pecho pueden sufrir alergia o intolerancia a las proteínas de la leche de vaca?

Al igual que otras muchas sustancias, las proteínas de la leche de vaca pueden pasar a la leche de la madre y llegar al niño. Algunos lactantes alimentados al pecho desarrollan alergia o intolerancia a dichas proteínas por tratarse de sustancias antigénicas extrañas ya que pertenecen a otro animal. En realidad, el alimento que más alergias e intolerancias causa es la leche de vaca.
Se habla de Alergia a las proteínas de leche de vaca (APLV) cuando un individuo, tras la ingesta de lácteos manifiesta una respuesta anormal (con síntomas que se pueden englobar dentro de las reacciones adversas a alimentos) y en ese proceso hay un mecanismo inmunológico comprobado. Es un cuadro más grave que la intolerancia. Se desencadena con pequeñas cantidades de proteínas lácteas y puede producir urticaria y reacciones alérgicas importantes. Son factores de riesgo para sufrir APLV los siguientes: antecedentes familiares de alergia, administración precoz de sucedáneos de leche con posterior lactancia materna (biberón en maternidades), administración intermitente de leche artificial durante la lactancia materna.
En la intolerancia los síntomas pueden ser eccemas, diarreas, fisuras anales, llanto, cólicos y dolor abdominal.
Ambos cuadros (la alergia y la intolerancia) pueden aparecer cuando al bebé amamantado se le da alguna toma de fórmula artificial o bien cuando la madre toma lácteos.
En nuestra cultura se ha sobrevalorado la importancia de la leche en la dieta, y muchas madres que habitualmente toman muy pocos lácteos, cuando están dando el pecho reciben insistentes mensajes de que "es importante tomar leche y derivados para producir leche". El calcio puede obtenerse de muchos otros alimentos (lentejas, soja, frutos secos, anchoas, sardinas en aceite, almejas, marisco, calamares, pescado y carne) de modo que no es necesario tomar queso, ni yogur, ni leche para fabricar mucha leche y para mantener los huesos fuertes.
Cuando se sospecha que un niño alimentado al pecho tiene síntomas debidos a una intolerancia se puede suprimir por completo las proteínas lácteas de la dieta materna (a veces también todas las proteínas vacunas) y la mejoría suele ser espectacular. En la mayoría de niños los síntomas repiten a la mínima introducción de lácteos en la dieta de la madre, pero habitualmente hacia los 18 meses-2 años suelen desaparecer.
Cuando se sospecha alergia hay que realizar pruebas alérgicas. Si se comprueba clínicamente (síntomas más o menos graves de sangrado intestinal o choque anafiláctico con vómitos-palidez-malestar o urticaria-angioedema) con pruebas de alergia positivas o negativas, el pediatra retirará la leche de vaca y sus derivados de la dieta de la madre (a veces incluso la carne de vacuno).
La mejor forma de disminuir el riesgo de enfermedades alérgicas(incluida la APLV y otras alergias alimentarias) consiste en mantener la lactancia materna exclusiva 6 meses y evitar la introducción de leche de vaca y derivados lácteos antes de los 12 meses de edad en niños de alto riesgo de alergia (antecedentes de alergia en familiares de primer grado).

¿Puedo seguir amamantando si me quedo embarazada?

No es infrecuente que una mujer que está amamantando a su hijo se quede embarazada. Es posible llevar a cabo la lactancia materna durante todo el embarazo y después amamantar a los dos lactantes tras el segundo parto (lactancia en tandem).
La estimulación mamaria inducida por la succión tiene efecto sobre la liberación de oxitocina, que es una hormona que produce contracciones uterinas. Por ello debe evitarse esta estimulación durante la gestación en algunas situaciones especiales, como en embarazos múltiples, antecedentes de abortos o partos prematuros.
Aunque el embarazo durante la lactancia puede dar lugar a modificaciones en el sabor y volumen de la leche, ésta todavía aporta sus efectos beneficiosos. Algunos lactantes notan esos cambios de sabor, lo rechazan y se destetan, otros lo rechazan primero pero "se reenganchan" después.
La leche producida inmediatamente después del parto por la madre que no ha dejado de amamantar en ningún momento, corresponde a calostro. Los primeros días de calostro son clave para el recién nacido y la producción del mismo tiene un límite, por lo que el recién nacido debe ser amamantado en primer lugar.
La lactancia en tándem sólo requiere el mantenimiento de las medidas habituales de higiene. Si el lactante mayor presenta una lesión por herpes (labial o en otra localización), no debe ser amamantado, para evitar el contagio del recién nacido.

¿Cuál es el mejor método anticonceptivo durante la lactancia?

Requisitos para una buena anticoncepción:No ser perjudicial para la madreNo ser perjudicial para el lactanteClasificación de los métodos anticonceptivos
Métodos naturales:
MELA: usado correctamente alcanza una eficacia del 98%. Se han de reunir los siguiente requisitos: La mujer amamanta exclusiva o casi exclusivamente, con tomas frecuentes de día y de noche, la menstruación no se ha reanudado y el niño es menor de 6 meses.
Métodos de barrera:
Son inocuos y sencillos de utilizar. No son perjudiciales ni alteran la leche. Tienen particularidades de uso en el puerperio y la lactancia.
PRESERVATIVO: es el método más adecuado para el postparto y la lactancia. No tiene peculiaridades especiales de uso durante este período. La sequedad puede hacer necesario el uso de lubricantes vaginales adecuados.
ESPERMICIDA: siempre asociados al resto de métodos de barrera y no aisladamente. Aunque se ha comprobado su absorción a nivel sistémico, no se han descrito efectos secundarios en el niño por su paso a la leche.
DIU: perfectamente válido para la lactancia porque su acción se ejerce a nivel local. Actualmente en uso: DIU de cobre, DIU de alta carga de cobre, DIU de levonorgestrel. Está en discusión cual es el momento ideal de inserción.
Anticoncepción hormonal:
Terapia combinada con estrógenos y gestágenos: desaconsejados durante la lactancia.
Gestágenos sólos: la píldora de progesterona es el anticonceptivo hormonal de elección en la lactancia.
Métodos irreversibles:
Esterilización tubárica.
En resumen:
El método MELA usado correctamente alcanza una eficacia del 98%. Los métodos de barrera son inocuos para la madre, la lactancia y el desarrollo del niño. Los anticonceptivos hormonales no son de 1° elección en las 6 primeras semanas postparto. Los que tienen sólo gestágenos son de 2° elección tras los no hormonales.
Es conveniente consultar con el ginecólogo, la matrona o en el centro de planificación familiar, para que ayuden a elegir el método más adecuado en cada caso.

¿Se puede fumar tabaco o beber alcohol mientras se amamanta?

Ambas son drogas legales. Abandonar estos hábitos es lo mejor para la salud tanto de la madre como de su hijo. Además, los niños aprenden del ejemplo que les ofrecemos, de manera que la maternidad es una buena oportunidad para dejarlo.
Tabaco y lactancia. Está comprobado que la nicotina pasa a la leche materna, pero no en niveles que puedan ser tóxicos para el bebé. Por el efecto estimulante de la nicotina, los hijos de madres fumadoras pueden tener dificultades para conciliar el sueño, por lo que si la madre fuma debe evitar hacerlo en las horas que preceden a la hora habitual de su siesta o la de su sueño nocturno. Pero lo más perjudicial es el humo que respira el lactante, que le ocasiona mayor predisposición a sufrir el Síndrome de muerte súbita del lactante (SIDS) y a padecer infecciones respiratorias, asma y otitis. Si bien lo mejor es no fumar, aún fumando mucho, es preferible dar el pecho, ya que la leche materna protege de las infecciones al lactante y contrarresta en parte los efectos perjudiciales del humo del tabaco. Aunque no está del todo comprobado, se cree que la nicotina en exceso puede inhibir la producción de leche.
Consejos para la madre fumadora durante la lactancia
No fumar dentro de la casa y mucho menos en el ambiente en donde está el bebé.Fumar lo menos posible.Dar el pecho, pues está comprobada su acción protectora contra las infecciones respiratorias causadas por el tabaco.Tratar de fumar lo más alejado posible (en tiempo) de cada toma, lo ideal sería no fumar por lo menos 2 horas antes de cada toma y a ser posible, hacerlo justo tras la toma.
Alcohol y lactancia. El alcohol consumido pasa rápidamente a la leche materna, en un nivel igual o superior al de la sangre materna, pero también los niveles descienden rápidamente ya que el alcohol no se acumula en la glándula mamaria. Aunque el nivel de alcohol en la leche es muy bajo, el olor que toma la leche es muy fuerte, alcanzando el máximo entre los 30 y 60 minutos después de haber consumido la madre alguna bebida alcoholica, lo que puede motivar que el lactante rechace esta leche.
Algunos estudios muestran que el alcohol inhibe la secreción de prolactina (hormona que interviene en la producción de leche) durante unas dos horas.
Los efectos del alcohol sobre el niño amamantado están directamente relacionados con la cantidad de alcohol que consume la madre. Una cantidad pequeña a moderada de alcohol no ha mostrado efectos nocivos en el niño. Una dosis de alcohol mayor de 0,5 gr/Kg puede producir sedación y disminución de la producción de leche. Esto equivale a 200 cc de vino, 500 cc de cerveza o 60 cc de licor.
Es muy importante no beber alcohol al menos durante los primeros 3 meses. Después de los primeros meses cantidades pequeñas y esporádicas son tolerables (una caña de cerveza o un vasito de vino una o 2 veces a la semana) procurando alejarlas de las tomas. No se deben tomar bebidas de alta graduación, como ginebra, licores o whisky. El mito popular de que un vaso de cerveza al día aumenta la producción de leche no tiene ninguna evidencia científica que lo apoye.

Estoy amamantando y voy a volver a trabajar, ¿cómo lo hago? ¿afectará a mi producción de leche el estrés laboral?

La vuelta al trabajo supone una dificultad pero no un impedimento para continuar con la alimentación al pecho. Existen diferentes posibilidades para que las madres que tienen que incorporarse al trabajo puedan continuar con la lactancia. Se puede optar por una o varias de ellas. Algunas opciones son:
Acumular las horas del permiso laboral (1h en medio de la jornada laboral o ½ hora al principio o al final de la jornada, hasta los 9 meses) y sumarlas a la baja maternal.Solicitar una reducción de jornada, con reducción del salario o una excedencia del puesto de trabajo, sin remuneración, durante unos meses para poder estar más tiempo con el bebé.Llevar al bebé al lugar de trabajo durante toda la jornada laboral (esto es posible en algunos trabajos como el comercio, la limpieza doméstica, etc.) o sólo para amamantarlo, si se puede contar con una persona que se ocupe de traer y llevar al bebé.Si no hay mucha distancia entre el lugar de trabajo y el lugar donde está el bebé, salir a darle el pecho durante la hora de lactancia o los descansosExtraer la leche, en casa o en el lugar de trabajo, con un sacaleches (los eléctricos son más rápidos) para que el cuidador se la ofrezca al bebé cuando la madre esté trabajando.Unas semanas antes de incorporarse al trabajo, conviene familiarizar a la persona que se vaya a encargar de cuidar al bebé con el manejo de la leche materna y la forma de administrarla (vasito, cuchara,..)Mantener tomas de pecho frecuentes, a demanda, cuando la madre esté en casa con el bebé (fines de semana, durante la noche,..) y ofrecer otros alimentos apropiados para su edad, cuando la madre esté fuera (por ejemplo, en niños mayores de 6 meses: purés de verduras o fruta).Si la madre le ofrece el pecho al bebé inmediatamente antes de salir de casa e inmediatamente al volver, es posible que solo necesite una o dos tomas de leche u otros alimentos (según la edad) durante su ausencia. Muchos bebés, cuando la madre no está, son capaces de pasar varias horas sin comer, algunos duermen prolongadamente en ausencia de la madre para pedir mucho más a menudo cuando regresa.
Para evitar que el estrés laboral afecte a la producción de leche, la madre debe descansar cuando pueda y relegar en su pareja o familiares otros aspectos relativos al cuidado del niño y del hogar para que no acumule demasiado cansancio por el trabajo y el hecho de estar amamantando al bebé.
Conviene buscar apoyo e información en madres con experiencia (grupos de apoyo), representantes sindicales y administración (Información sobre derechos laborales).

¿ Hay que darle agua al bebé que toma el pecho?

Si el bebé tiene menos de 6 meses y toma el pecho "a demanda", es decir siempre que lo solicita (busca, se lleva la mano a la boca, bosteza, hace ruiditos,..y cuando se le acerca al pecho quiere), NO necesita ningún otro líquido, ni agua, ni infusiones. Ni siquiera en los meses de mucho calor, ni siquiera si lo llevan de vacaciones a la India en agosto.
Si el bebé tiene más de 6 meses y ya come otros alimentos después de las tomas de pecho, de vez en cuando se le puede ofrecer agua. Si se le ofrece el pecho antes de las papillas o purés (como se recomienda durante el primer año), probablemente no necesitará agua y no la querrá. A medida que se va haciendo grande y toma más cantidad de alimentos sólidos, generalmente beberá el agua que se le ofrece. No se le debe añadir azúcar ni ofrecer zumos en vez de agua.
Los bebés alimentados al pecho no precisan utilizar tetinas. A partir de los 6 meses cualquier bebé es capaz de beber de un vaso o una tacita. No es aconsejable ofrecerle directamente agua de una botella, aunque sea pequeña, para evitar infecciones y diarreas. Si se lleva una botella con agua durante los paseos, conviene llevar también un vaso y ofrecerle el agua en el vaso. Se debe tirar el agua que sobre del vaso y hacer lo mismo con otros líquidos que se le quieran ofrecer al bebé. Estas bebidas, como cualquier alimento, deben ser transportadas en envases bien cerrados y fríos para evitar contaminaciones.
En resumen:Antes de los 6 meses, el bebé que toma sólo leche materna y a demanda, NO precisa agua ni otros líquidos.Después de los 6 meses, cuando toma otros alimentos además del pecho, es bueno ofrecerle agua EN VASO de vez en cuando. NO necesita biberones. NO se debe ofrecer agua ni otros líquidos directamente de la botella.

¿ Necesitan vitaminas los bebés alimentados al pecho?

Los lactantes menores de un año alimentados al pecho deben recibir un suplemento de 400 UI/día de vitamina D. Estos suplementos se deben iniciar en los primeros días de vida y se mantendrán hasta que, después del destete, el niño tome 1 litro diario de fórmula adaptada enriquecida en vitamina D. Todos los lactantes menores de un año alimentados con sucedáneo de leche humana que ingieren menos de 1 litro diario de fórmula también han de recibir un suplemento de 400 UI/día.
Puede extrañar que un niño amamantado necesite suplementos de vitaminas. La justificación está en que los hábitos de vida del ser humano han cambiado muy rápidamente en pocos años y ahora se hace poca actividad al aire libre, siempre con ropa y en muchas ocasiones con protectores solares. La fuente principal de vitamina D ha sido la exposición solar. Con las costumbres actuales a las madres que amamantan les es prácticamente imposible sintetizar la cantidad suficiente de vitamina D para que las necesidades de su hijo estén cubiertas. Esta dificultad para sintetizar la vitamina D todavía es mayor en personas de piel oscura que han emigrado hacia países del norte.
Los niños prematuros, como nacen antes de tiempo, no han podido acumular el hierro suficiente para cubrir las necesidades de los primeros meses de vida. Por eso necesitan tomar suplementos de hierro hasta que comience a comer carne roja. La cantidad y la forma de administrar el suplemento de hierro se lo indicará su pediatra.
Las madres vegetarianas deben tomar un suplemento de vitamina B12.
Se recomienda que todas las madres que viven en España tomen un suplemento de yodo durante la gestación y el periodo de lactancia.
Las vitaminas y minerales, a las dosis adecuadas no causan daño pero a altas dosis pueden ser tóxicas. Durante la lactancia no se debe tomar ningún suplemento vitamínico, o de otro tipo, en forma de hierbas, ya que en algunos casos puede ser muy peligroso para el bebé.

¿ Qué cantidad diaria de leche debe tomar mi bebé?

En general se recomienda que los lactantes que reciben alimentación complementaria tomen alrededor de medio litro de leche al día, pero es sólo eso, una norma general y por supuesto nada estricta. Se trata de ofrecer productos lácteos para llegar a esa cantidad de forma aproximada. No es una regla matemática, hay niños y niñas que toman más cantidad y otros que toman menos y todos están sanos.
Cada niño es diferente. Lo mejor es ofrecer al bebé el pecho durante el primer año unas 4 o 5 veces como mínimo, mejor antes de cada toma de purés o papillas; después del primer año puede hacerlo cuando quiera después de las comidas o entre comidas; de esta forma el bebé no precisa de otra fuente de leche, siempre que haga esas 4 o 5 tomas de pecho al día.
Existen otros alimentos, independiente de la leche, que aportan calcio en la dieta de los niños. A partir del primer año, si el niño quiere, puede tomar otro derivados de la leche como yogures o diferentes tipos de queso.

¿Tengo poca leche?

Muchas madres expresan preocupación y dudas respecto a si tendrán suficiente leche para alimentar a sus hijos. Pero ahora sabemos que, salvo situaciones excepcionales, las madres producen la cantidad exacta de leche que necesitan sus bebés si el agarre es correcto y la lactancia es a demanda. Cuando una madre cree que tiene poca leche, lo habitual es que se trate de alguno de los siguientes casos:
La posición del niño o el agarre del pecho no es adecuado (ver documento de recomendaciones). Hay leche, pero el bebé no la puede obtener. A la larga, como el bebé no vacía bien las mamas, éstas dejan de producir la cantidad de leche que necesita el bebé. Suele haber dolor al mamar o grietas. Es conveniente corregir la posición y/o el agarre.Si el bebé apoya su cabeza en el codo de su madre, la madre se ve obligada a desplazar el pecho unos centímetros para que el bebé pueda agarrarlo. Aunque la succión sea potente, el bebé tirará del pezón y le será más difícil obtener la leche con cada succión. Suele haber dolor y/o grietas en la base de los pezones.Si el bebé no abre completamente la boca para abarcar con ella gran parte de la areola y el pezón o tiene un frenillo lingual corto, hará succiones poco eficaces con lo que estará mucho tiempo succionando porque obtiene solo la leche del principio y no se queda satisfecho. La madre se queja de dolor o grietas en la punta del pezón.
Lo ideal es que alguien experto en lactancia (el pediatra, la matrona, la enfermera del centro de salud o algún grupo de apoyo, ver listado) evalúe la toma y ayude a corregir la postura si no es la adecuada.
El bebé mama menos de 8 veces al día o se limita la duración de la toma. En estos casos, en los que el bebé no mama a demanda, le será difícil tomar toda la leche que necesita.Hay leche pero la madre no se nota "la subida" y duda de que tenga suficiente. Las primeras 48 horas el bebé se alimenta del calostro de su madre, pero casi ninguna madre lo ve salir del pecho incluso apretándoselo. Por otro lado, tras la subida, muy pocas madres notan que la leche sale a chorro o que mojan los empapadores y sin embargo, la mayoría producen la leche que su bebé necesita. A partir del tercer día, si el bebé mama de forma adecuada, más de 8 veces al día y hace 3 o más deposiciones al día, se está alimentando correctamente.A medida que va creciendo, el niño tarda menos en hacer las tomas y extrae la leche más eficazmente. Como el cambio se produce bruscamente, muchas madres creen que no se alimenta adecuadamente o que deja el pecho tan pronto porque tienen menos leche. Si el niño está tranquilo y feliz y moja mas de 5 pañales diarios, es que está tomando la leche que necesita.El bebé ha crecido bruscamente y necesita más leche. Ver "baches de lactancia".Recomendaciones:Para amamantar a demanda, el bebé tiene que mamar siempre que él quiera. Es conveniente ofrecerle el pecho cuando "busque", gruña o se chupe los dedos, sin esperar a que llore de hambre.El bebé se coge bien al pecho cuando abarca el pezón más un buen bocado de areola con la boca. De ese modo vacía bien el pecho.Es importante que mame todo el tiempo que quiera del mismo pecho, porque la leche del final tiene más grasa (más calorías). Si quiere más, se le puede ofrecer el otro pecho después.Si mama a menudo (mínimo 8 veces al día), la estimulación de la piel del pecho asegura el funcionamiento de las hormonas de la lactancia, especialmente durante las primeras semanas.Los bebés maman para alimentarse, pero también para consolarse y para sentirse protegidos y queridos. Si le ofrece el pecho a su hijo siempre que lo desee, aunque no sea por hambre, no se equivocará.El pecho necesita el estímulo de la boca del bebé para fabricar leche. Si se le pone el chupete, le quita el estímulo al pecho y fabricará menos leche. Si además el bebé es muy pequeño, puede confundir la forma de cogerse al pecho.Puede resultar útil emplear un sacaleches para vaciar mejor los pechos y estimularles a que fabriquen más leche.Si el bebé está contento, duerme tranquilo 1-2 horas seguidas y no parece enfermo, toma suficiente leche. Si el bebé moja menos de 5 pañales al día (con los pañales superabsorbentes es más difícil de valorar) o la orina es muy concentrada, es posible que esté tomando poca leche y sería conveniente consultar con un experto en lactancia.

Mi hijo aumenta poco de peso

La preocupación por el peso es muy frecuente entre las madres lactantes, pero en la mayoría de los casos todo está funcionando bien y el niño está ganando adecuadamente. Tenga en cuenta que:

La mayoría de las gráficas de peso y longitud de que disponemos actualmente están confeccionadas con niños que en su mayoría fueron alimentados con biberón y constituyen solo una ayuda orientativa ya que los bebés alimentados con leche artificial son más gorditos que los amamantados.La OMS ha confeccionado gráficas a partir de niños alimentados óptimamente al pecho que son más adecuadas para valorar el crecimiento de los lactantes.Las gráficas se realizan a partir de datos estadísticos (son un “modelo estadístico”) por lo que la mitad de los niños normales están por debajo de la media. Es más importante la valoración clínica del niño: su aspecto, vivacidad, si moja 4-5 pañales diarios,...También es más importante el crecimiento a lo largo del tiempo, que el peso en un momento determinado. Como cifras orientativas, aproximadas, se puede considerar que hasta las 6 semanas de edad la ganancia de peso es de unos 20-30 g/día. Pero siempre se deben comparar con los estándares de crecimiento de la OMS, que incluyen tablas de velocidad de incremento de peso, según sexo y peso al nacimiento (El crecimiento del niño debe controlarlo el pediatra en la consulta. No es una buena idea pesar al niño a menudo en la farmacia porque puede inducir a error. Pasado el primer mes no es necesario pesar al niño cada semana, salvo circunstancias especiales por indicación de su pediatra.

Noticias 4

Noticias 3

Noticias 1

Noticias

Hace ruidos extraños al respirar

La respiración del recién nacido puede ir acompañada de unos “sonidos” extraños, que llevan a los padres a pensar que su pequeño está resfriado. No tiene por qué ser así.
Anabel García. Asesor: Dr. Manuel Praena, Pediatra
Por lo general, los ruidos que hace el recién nacido al respirar se originan en las fosas nasales, debido a que su cavidad nasal es diminuta y cuando el aire pasa por ella, origina una especie de turbulencias.
Si el pequeño, además, tiene mocos, el ruidito está asegurado. Lo adecuado en este caso, para que respire con más facilidad, es quitarle los mocos que tenga por fuera con un pañuelo muy suave, limpiarle las fosas con suero fisiológico o con un nebulizador nasal de agua de mar (100% natural) cada vez que se congestiona y mantenerle semiincorporado, no tumbado del todo.
AL COMER Y AL DORMIR
También es normal que el pequeño emita sonidos extraños cuando mama o se toma el biberón muy deprisa. Ocurre porque al tragar tan rápido mantiene unos segundos la respiración y al reanudarla, por la propia retención del aire, lo hace de una forma más sonora. Por eso no conviene retrasar su hora de comer, para que coma sin ansia y respirando bien.
A veces, después de la toma el bebé puede empezar a emitir un sonido raro, como de gorjeo. Si le ocurre es porque se le ha quedado un poco de leche en las vías respiratorias. Lo habitual es que se le pase enseguida, pero si no, bastará con darle agua (si la acepta) para que deje de hacerlo.
A los padres primerizos suele extrañarles mucho otro sonido: el ronquido de su bebé al dormir. Se origina o bien por los mocos o bien porque el paladar blando produce vibraciones dentro de la boca, de tal modo que en el fondo de la garganta se genera una especie de eco o, lo que es lo mismo, de ronquido.Elevar un poco el colchón de su cuna por la zona del cabecero ayudará al niño a respirar mejor y de una forma más silenciosa.
HIPIDOS Y ESTORNUDOS
El hipo es otro ruido bastante común en los bebés. Se produce por la irritación del diafragma, el músculo que separa el abdomen del tórax y que regula la cantidad de aire que entra en los pulmones. Para aliviar el hipo a un bebé (aunque no es malo ni resulte molesto para él) puedes darle agua o pecho, cambiarle de postura o provocarle un estornudo haciéndole cosquillas en la nariz.
Que los recién nacidos estornuden a menudo también es normal, y no porque estén resfriados necesariamente. Lo hacen como mecanismo de defensa para despejar sus fosas nasales de sustancias que les molestan o que pueden llegar a ser perjudiciales para su salud, como el polvo, la pelusa, los mocos e incluso aerosoles que nosotros no apreciamos, pero que están en el ambiente, como la laca o el desodorante.
Todos estos sonidos, tan habituales en los primeros meses del bebé, no revisten importancia y van desapareciendo con el tiempo, a medida que el niño crece y su organismo madura.
CASOS PARA IR A URGENCIAS
Estos síntomas indican que el pequeño sí tiene problemas para respirar bien y que hay que llevarle a urgencias de inmediato:
Respira tan deprisa que está sofocado (en niños tan pequeños, 60 respiraciones por minuto es normal).Notas que se ensanchan sus orificios nasales cada vez que el niño inhala aire (aleteo nasal).Se queja al coger y soltar aire, como si le doliera algo.Presenta las uñas, la piel o los labios amoratados y no está pasando frío.La mucosidad es tan espesa que tiene los orificios completamente taponados.Tiene más de 38,5 ºC de fiebre y no le baja.Al respirar se le marcan las costillas y se le hinchan las venas del cuello.

Posturas para gemelos


Extracción y conservación de la leche materna


Embarazo y Lactancia ¿Cómo devolver alimentarme



Toda mamá o futura mamá debe saber que un adecuado estado de nutrición tiene consecuencias sobre ella y sobre su bebé, que a corto plazo será un niño y que definitivamente no es más que la propagación de nuestra especie.

Por ello es que este período es tan importante y como educadores en salud le debemos dar el mayor interés posible en todo lo que significa este momento.

A continuación enumeramos aquellas cosas que no podemos dejar de saber para lograr el óptimo estado nutricional, tanto en el embarazo como en la lactancia.

El metabolismo energético está aumentado, con lo cual se deben aumentar las calorías diarias, pero éstas deben ser calorías "nutritivas" y no calorías "vacías". Las calorías nutritivas se logran simplemente realizando una alimentación variada y equilibrada prolongada en el tiempo, eligiendo de este modo:

Cereales y Legumbres: trigo, avena, cebada, maíz y todos sus derivados, como así también la soja, lentejas, porotos, garbanzos, habas. Ellos nos van a dar la energía duradera para poder realizar las actividades durante todo el día. Y son aún más nutritivos los cereales integrales (pan, galletitas, barritas de cereal).Frutas y Verduras: hay gran cantidad en el mercado, debemos variar los colores, combinar verduras verdes, amarillas, rojas, de tallos, de hoja, etc. De la misma forma con las frutas; variar entre frutas cítricas, rojas, blancas. Este grupo es fundamental, ya que nos aportan vitaminas, minerales, fibra y agua.Lácteos: todos conocemos la gran importancia del calcio durante toda la vida, pero en este período debemos lograr la osificación del bebé, aportándole a través de la leche, yogurt, quesos, ricota. Lo que es importante destacar, es que durante la lactancia la transferencia de calcio de la mamá a la leche, es relativamente independiente de la ingesta de calcio materno.Carnes y Huevo: el mineral fundamental que nos aporta este grupo es el "hierro" y en este punto las estadísticas son alarmantes, ya que se estima que el 40% de las madres sufren de anemia, así como la deficiencia de hierro es la carencia nutricional más frecuente en el embarazo, se asocia con menos aumento de peso durante el mismo, pudiendo tener consecuencias indeseables en el bebé. Este grupo también nos aportará proteínas de excelente calidad


Crisis o brotes de crecimiento

 se puede producir una “crisis” o desajuste entre la oferta y la demanda de leche y que la mamá puede interpretar como un problema, pero que tiene que ver con el crecimiento del bebé.

Que el bebé llore y se ponga inquieto mientras toma el pecho cuando hasta hace unos días no lo hacía, que demande cada vez más seguido que antes, pero tome menos tiempo, y que la mamá sienta que sus pechos están más blandos y crea que no tiene suficiente leche, es una situación que a muchas les toca atravesar y que, por lo general, tiene que ver con las “crisis o brotes de crecimiento” del bebé.

Ahora, el bebé necesita generar una producción diferente en la mamá, que va también a generar una leche de otro tipo de calidad, no porque sea mejor que la que está produciendo, sino porque va a tener los componentes adecuados para el crecimiento y la edad de este bebé que se la está pidiendo.

Como todos los bebés las experimentan en edades parecidas, es posible identificarlas y estar preparadas. Aproximadamente ocurren a las 3 semanas, al mes y medio y a los 3 meses de vida, pero esto no es exacto y puede variar en función de cada bebé y cada mamá.



A las 3 semanas


Hay mamás que se encuentran con que, de un día para el otro, su bebé aumenta la demanda, no pasan dos horas sin que quiera tomar de nuevo, le cuesta más dormir que antes y solo se calma prendido al pecho.

Todo esto lleva a que muchas piensen que no tienen suficiente leche y que su bebé está pasando hambre, sobre todo si los pechos están más blandos y pareciera que no producen como antes. Entonces, deciden incorporar leche de fórmula o abandonar la lactancia definitivamente.

Sin embargo, aunque sea agotador, es importante continuar con la lactancia exclusiva porque esto se debe a que el bebé está pasando por una de las “crisis o brotes de crecimiento” y necesita aumentar la cantidad de leche que fabrica la madre.

Como el pecho fabrica en función de la demanda, la única manera que tiene el bebé de aumentar la producción es prenderse más seguido al pecho.

Esta situación suele extenderse durante 3 o 4 días, aproximadamente. Una vez pasado este tiempo, y si la mamá respondió a la frecuencia demandada por su bebé, el cuerpo registra la cantidad y calidad que el bebé necesita y la lactancia vuelve a los parámetros anteriores.



Al mes y medio


La segunda crisis llega hacia el mes y medio de vida. En ese momento, el bebé vuelve a experimentar una mayor necesidad de leche y, como en el caso anterior, comienza a demandar más seguido.

Esto suele venir acompañado de una actitud distinta: el bebé se pone inquieto cuando está al pecho, lo suelta y vuelve a prenderse, llora, se pone tenso, arquea la espalda y/o tensa las piernas (aún prendido al pecho) como si no le gustara lo que está pasando.

Como en la crisis anterior, todo vuelve a la normalidad pasados unos días (en este caso, alrededor de una semana) y la lactancia recupera sus patrones habituales.



A los 3 meses


En el caso de la crisis de los 3 meses, como se trata de un bebé que ya no es recién nacido, hay otras características que se agregan: el bebé ya no demanda tanto, cuando toma, lo hace durante escasos minutos y se distrae fácilmente, además, llora al poco tiempo de haber empezado a tomar, aumenta menos de peso (lo cual es esperable), se succiona la mano o los dedos -señal que puede ser interpretada como hambre- y hasta hace menos deposiciones que antes.

Si encima la madre nota sus pechos más blandos, puede que crea que el bebé necesita un suplemento porque ya no le alcanza con lo que produce y así comienza la lactancia mixta, que muchas veces termina en el abandono de la lactancia materna. Sin embargo, esta crisis, así como las anteriores, es completamente superable si se la entiende como tal:

A partir de los 3 meses los bebés logran tomar en pocos minutos lo que antes les costaba más y por eso puede que estén menos tiempo prendidos al pecho, lo que no significa que lo estén rechazando.A esta edad, el cerebro se está desarrollando rápidamente y sus sentidos se agudizan. Ahora el bebé no solo ve mucho más sino que percibe los sonidos mucho mejor y todo esto le abre las puertas a un nuevo mundo por conocer. Por eso, mientras toma el pecho se distrae fácilmente ante distintos estímulos, como la voz de su madre o de su padre, las luces de la televisión, e incluso ante el rostro de mamá al que, muchas veces, entre toma y toma, se detiene a sonreír.Ahora llora cuando toma el pecho y pareciera que no logra sacar la leche que necesita. También es posible que la madre perciba menos la bajada de leche (que ya no sienta presión en el pezón cuando esto sucede o goteo en el otro pecho).

Esto tiene una simple explicación: las glándulas mamarias ahora están preparadas para producir leche cuando el bebé lo necesite, en unos minutos de succión se desencadena el reflejo de eyección. Esta demora puede impacientarlo porque antes no ocurría y ahora debe aprender a esperar su alimento.

Por otro lado, es normal que a esta altura la mamá ya no sienta la presión de la bajada de la leche, sus pechos no goteen y no estén hinchados. Nada de esto significa que estén “vacíos” o que no produzcan más leche, al contrario, la leche se produce por efecto de la demanda del bebé.



Cómo superar las crisis


En principio, hay que confiar en que el cuerpo es inteligente y que ante la demanda del bebé, producirá lo que él necesita. Entonces, hay que olvidarse de los relojes y ponerlo al pecho cada vez que lo pida porque es la única manera de aumentar la producción: cuanto más mame el bebé, más leche se producirá.

Si se muestra reacio a tomar el pecho o a seguir tomando por más tiempo y llora mucho, no hay que forzarlo e insistirle por demás porque esto puede provocar un rechazo real y generar un problema donde antes no lo había.

En el caso de que el problema sea que se distrae mucho con los estímulos externos, tratar de buscar un lugar tranquilo, con luz tenue y silencioso para que la toma sea más relajada y sin tantas interrupciones.

No esperar a que llore para ponerlo al pecho porque a esa altura puede estar muy inquieto y esto le hará más difícil prenderse bien.

Y paciencia, mucha paciencia porque esto también pasará.


Lactancia inducida

Recuperar la lactancia tras un parón es posible
Volver a amamantar al bebé tras un descanso es viable, señala la Asociación Española de Pediatría
Algunas mujeres dejan la lactancia al poco tiempo de empezarla. La tensión de los primeros días después del parto y las dificultades que encuentran muchas madres primerizas son las principales causas de este abandono. En otras ocasiones, el parón es obligado (por enfermedad, parto prematuro u hospitalización). Sin embargo, pasado un tiempo, cuando desaparece la ansiedad y el estado emocional o físico negativo que condujo a la renuncia de la lactancia, algunas de estas mamás desean volver a amamantar a sus pequeños.

¿Pueden tener estas mujeres una segunda oportunidad? Según la señala 'Guía de lactancia materna para profesionales', editada por la Asociación Española de Pediatría, relactar, es decir, volver a la lactancia, es posible. Pero para lograrlo, es necesario que la mujer cuente con un importante apoyo tanto técnico como emocional, puesto que es un proceso difícil y laborioso en muchos casos.

Pautas necesarias para volver a la lactancia
El plan de relactación debe adaptarse a las circunstancias específicas de cada madre y de cada bebé. No obstante, las líneas básicas incluyen estimular la producción de leche, suplementar la alimentación del bebé mientras que acepta el pecho de nuevo, así como utilizar un relactador para acompañar la leche materna durante las tomas.

Estimular la producción de leche
El primer paso para volver a establecer la lactancia consiste en recuperar la producción de leche. La mejor forma de lograrlo es a través de la estimulación del pecho. El método más conveniente y deseado es la succión del propio niño, por eso, los especialistas recomiendan ofrecerle el pecho con la mayor frecuencia posible (cada una o dos horas).
Si el bebé rechaza la alimentación natural, es preciso estimular la producción mediante el vaciado manual o mecánico de los senos, pero sin dejar de poner al pecho al pequeño hasta conseguir que lo agarre. Es asimismo importante ofrecerle abundante contacto piel con piel.

Suplementar la alimentación del bebé mientras que acepta el pecho de nuevo
Durante las primeras semanas, hasta que la producción de leche se restablezca y permita alimentar al bebé a través de la lactancia de forma exclusiva, será necesario complementar las tomas con leche de fórmula.

Estimular la producción de leche es importante para amamantar tras un tiempo de interrupción.

Es importante que este suplemento no se administre con un biberón, puesto que puede propiciar que el bebé se acomode a la tetina artificial y rechace la succión del pecho. Los especialistas recomiendan alimentar al niño con un vasito o, en todo caso, con una jeringa o cucharilla, y retirar de forma paulatina la alimentación suplementaria a medida que se incrementa la producción de leche materna.

Utilizar un relactador para acompañar la leche materna.

En ocasiones el bebé rechaza el pecho que su madre le ofrece tras el parón, debido a la frustración de succionar y no lograr extraer suficiente leche. Para evitar este rechazo, y a la vez garantizar la nutrición del pequeño, se aconseja el uso de un relactador o suplemento del amamantamiento. Este artilugio consiste en una bolsa, biberón o vaso en el que se introduce la leche de fórmula y en el que se inserta una pequeña cánula, o tubo fino, por el que pasa el alimento. El relactador se coloca junto al pezón de forma que, al succionar, el bebé recibe la leche del depósito a la vez que la leche materna.

La edad del niño, el tiempo de interrupción y la técnica influyen en el éxito
Seguir los pasos señalados es importante. Pero hay otros factores que influyen cuando se trata de tener éxito con la lactancia tras un tiempo de interrupción. La guía de lactancia de la Asociación Española de Pediatría destaca como requisito que la iniciativa "parta de la propia madre", así como que el deseo de relactar no responda a un sentimiento de culpabilidad.

Por su parte, el grupo Alba de apoyo a la lactancia incide en que el factor fundamental del éxito es "que el bebé succione de forma correcta". Esta habilidad del pequeño puede estar condicionada por distintos aspectos:

Edad del bebé. Cuanto más pequeño sea el niño, más fácil le será volver a amamantar. Los menores de tres meses aceptan mejor el pecho que los de mayor edad.

Tiempo de interrupción. Cuanto menor sea el tiempo transcurrido desde que el bebé dejó de lactar, mayores serán las posibilidades de éxito en la relactancia.

Técnica de alimentación. La forma de alimentar al bebé durante la interrupción de la lactancia puede influir de forma significativa en la relactación. Tienen mayor facilidad para volver a succionar el pecho los bebés que hayan sido alimentados con cucharilla o jeringa, que los que se hayan acostumbrado a la tetina del biberón.
Otro detalle a tener en cuenta es que si se trata de una lactancia compartida entre dos madres es importante que los primeros días el bebé tome el calostro de la madre que ha dado a luz. A partir del cuarto día, si ya existe subida de leche en la madre biológica, ya podrá compartirse el momento.

La cantidad de leche producida es muy variable a pesar de utilizar la misma pauta. Conseguir una lactancia exclusiva a menudo no es posible, pero aquí lo más importante es reforzar el vínculo con el bebé y nutrirle, aunque sea parcialmente, con un ingrediente natural y de alta calidad.

Recordemos que la inducción de la lactancia es un proceso largo y que requiere dedicación, y no todo el mundo está dispuesto a ello y no por eso es menos madre. Simplemente es una opción más que mucha gente desconoce, pero la decisión de optar por ella o no es algo realmente muy personal y nadie debe juzgarla. Y, sobre todo, recalcamos la importancia de llevarla a cabo bajo control médico.

Uso de la sonda de lactancia

Introducción
Una sonda de lactancia (suplementador o relactador) es un dispositivo que le permite a la madre que amamanta suplementar a su bebé con leche materna, fórmula o agua de glucosa con el agregado de calostro(agua de glucosa pura, generalmente, sólo debería usarse el 1ro y 2do día después del nacimiento) sin utilizar biberones. El uso temprano de la tetina puede provocar que el bebé se "mal acostumbre" o que tenga "confusión tetina-pezón", y esto interfiere con la forma en que el bebé mama del seno. Mientras mejor mame el bebé, más fácil le será obtener la leche. Si el bebé no obtiene buena cantidad de leche del seno, se puede dormir o dejar el seno cuando el flujo disminuye. Además, el bebé puede rechazar el seno, aumentar muy poquito o bajar de peso y hasta deshidratarse. Puede también provocar dolor en los pezones a la madre. Aunque las tetinas no siemprecausan problemas, su uso cuando las cosas van mal, raramente las mejora, y generalmente, las empeora. La sonda de lactancia es por mucho, el mejor método para suplementar, si suplementar es realmente necesario. (Sin embargo, colocar correctamente al bebé, hace que el bebé obtenga más leche y por lo tanto es a menudo posible evitar la suplementación). Es mejor que usar jeringas, tazas, alimentación con el dedo o cualquier otro método, ya que el bebé está en el seno y mamando. Los bebés, como los adultos, aprenden haciendo.Y hay más en la alimentacion materna que leche materna.
El set de sonda de lactancia consiste en un recipiente para el suplemento -generalmente un biberón con la tetina agrandada- y un tubo largo y delgado que va en el recipiente. Las sondas de lactancia se consiguen fácilmente y son muy sencillas para usar en algunas situaciones, pero no siempre. Las sondas de lactancia que se compran son particularmente útiles cuando es un bebé más grande el que necesita la ayuda o cuando la madre necesita suplementar mellizos, cuando se necesita la sonda de lactancia por período largo, o cuando hay problema con las sondas de lactancia caseras. Si bien es cierto que las sondas de lactancia que se compran no son baratas, su costo es igual a 2 semanas de la fórmula común.
Por favor notar: el uso de un tubo con una jeringa, con o sin tetina, en vez del método explicado anteriormente es innecesariamente complicado y no agrega ninguna efectividad a la técnica. Por el contrario, es más molesto.

Uso de la sonda de lactancia
1. Poner primero al bebé en el seno, y deslizar la sonda dentro de la boca del bebé al momento apropiado. Mientras mejor se agarre al seno, el bebé va a obtener más leche materna y será más fácil usar la sonda y será necesario suplementar por menos tiempo. El seno debería suavemente hacerse un lado de manera que pueda ver la comisura de la boca del bebé y la sonda sostenida entre el dedo índice y el pulgar, debe ser deslizada por el costado de la boca de manera que entre derecha hacia la parte de atrás de la boca y al mismo tiempo hacia el paladar. La sonda está en posición correcta cuando el fluido desciende por ésta en forma más o menos rápida. No se necesita llenar la sonda con fluido antes de ponerlo en la boca del bebé.

2. También se puede prender el bebé al seno y a la sonda al mismo tiempo, ésta se ubica a lo largo del seno hasta el pezón. Mientras mejor se agarre al seno, más fácil va a ser el uso de la sonda.
Asimismo, mientras mejor se prenda el bebé al pecho, hay más probabilidad de que en corto tiempo deje la sonda. Por lo tanto, ubicar al bebé en forma adecuada y lograr que se prenda al seno en forma correcta es muy importante.

3. La sonda puede ser adherida al seno con tela-adhesiva, si la madre lo desea, aunque no es realmente necesario y no siempre ayuda.

4. La sonda no necesita pasar el final del pezón, sólo necesita estar entre las encías del bebé para trabajar correctamente. Parece funcionar mejor si se ubica la sonda en el costado de la boca del bebé en forma directa sobre la lengua (hacia el paladar). Ciertas veces es beneficioso que la madre sostenga la sonda con el dedo ya que algunos bebés tienden a empujarla fuera de posición con la lengua.

5. El biberón que contiene el suplemento no debe estar más alto que la cabeza del bebé. Si la sonda funciona sólo estando más alta que la cabeza del bebé algo no está bien. Sostenga la botella más alta sólo si lo sugiere el doctor o el especialista.

6. A menos que le instruyan de otra manera, es mejor usar la sonda con cada mamada (toma), aunque algunas madres encuentran que es más fácil no usarla durante la noche.

7. No corte el final de la sonda. Funciona bien tal como está.

8. No debería llevarle al bebé una hora para tomar una onza (15ml) de leche con la sonda de lactancia. Si es así, la sonda probablemente no está colocada correctamente o el bebé no está bien prendido, o ambas cosas. Cuando la sonda de lactancia está bien colocada, la toma será de 15 a 20 minutos para beber una onza (15ml) de suplemento, normalmente menos.

9. Un consejo para hacer su uso más fácil: Use camisas con bolsillos en el pecho y ponga la botella en el bolsillo.

Limpieza del dispositivo
1. No hierva la sonda. No está hecha de material que pueda hervirse.

2. Después de utilizarla, limpie la botella y la tetina como siempre. No hierva la sonda. La sonda debe vaciarse después de su uso y enjuagarse con agua caliente (haga pasar agua caliente por adentro de ésta) luego, déjela secar. El jabón no es necesario, puede usarlo si lo desea pero asegúrese que haya enjuagado la sonda muy bien. Las sondas tienden a endurecerse y por lo tanto se vuelven no aptas para su uso al cabo de una semana.

Separación del bebé de la sonda de lactancia.

1. Esté en contacto con la clínica de lactancia materna (o con un Grupo de Apoyo local) para que le enseñen cómo separar al bebé de la sonda de lactancia.

2. La separación del bebé de la sonda de lactancia puede tomar varias semanas o sólo un corto plazo. No se desanime ni trate de forzar la separación. Generalmente, la cantidad de leche requerida en la sonda de lactancia aumenta en 1 o 2 semanas, luego se nivela durante un período de tiempo variable antes de disminuir. El proceso completo puede tomar de 2 a 8 semanas, aunque algunas madres han usado el método durante unos días, mientras que otras no han podido dejarlo. Muchas veces ocurren grandes mejoras después de mucho tiempo sin cambios.

3. Observe al bebé alimentarse. Si no sabe si está bebiendo, pregunte. Ponga al bebé al seno, déjelo que se alimente siempre que esté succionando y bebiendo, luego use compresión del seno para mantener al bebé tomando, luego repita el proceso en el otro seno. Puede volver al primer seno y continuar de un lado al otro mientras que el bebé siga tomando. Después de terminar de alimentarlo de los 2 senos, inserte la sonda en la boca del bebé y permita que se alimente hasta que esté satisfecho.

4. La botella de la sonda de lactancia se puede bajar 6 a 12 pulgadas (17 a 30 cm) por debajo de la cabeza del bebé, pero hágalo solamente si el bebé está bebiendo muy rápido.

Coeficiente intelectual y Lactancia

La compleja relación entre lactancia materna e inteligencia es un antiguo debate, en el que los estudios científicos no han sido concluyentes. Ahora, un estudio publicado en PNAS explica el efecto que tiene la utilización de leche materna o de fórmulas comerciales sobre la futura inteligencia de esos niños.
Los autores del estudio utilizaron datos de unos 3000 niños del Reino Unido y de Nueva Zelanda, nacidos entre los años 70 y 90, que habían sido sometidos a un test de inteligencia al llegar a los 5 años. Además, se sabía cuáles niños habían recibido lactancia materna y cuáles no. A continuación, los investigadores estudiaron en todos ellos las variantes de genes que están implicados en el metabolismo de las grasas, ya que se piensa que algunas grasas presentes en la leche materna pueden favorecer el desarrollo del cerebro.
Los resultados fueron concluyentes al estudiar un gen llamado FADS2, que procesa los ácidos grasos y del que existen dos variantes. En los niños que tienen 2 copias de una de las variantes, el tipo de leche utilizada durante la lactancia no influyó en su rendimiento en los tests de inteligencia. En cambio, los niños que tienen al menos una copia de la otra variante tuvieron una media de 7 puntos más de rendimiento en los tests cuando habían recibido lactancia materna, lo que supone una diferencia notable respecto a los niños alimentados con leche comercial.
El mensaje es que la utilización de leche materna durante la lactancia se traducirá en un mayor rendimiento intelectual en la escuela, al margen de otros factores, pero sólo en aquellos niños que tienen una determinada variante del gen FADS2. Dado que el 90% de la población tiene al menos una copia de esta variante, el hallazgo tiene implicaciones importantes. En el 10% restante, el tipo de leche recibido durante la lactancia no influirá en el rendimiento en los tests de inteligencia.
Javier Novo. Departamento de Genética.

Las diez claves de la Lactancia Materna

Amamanta pronto, cuanto antes, mejor. La mayoría de los bebés están dispuestos a mamar durante la primera hora después del parto, cuando el instinto de succión es muy intenso. Amamantar precozmente facilita la correcta colocación al pecho.

Ofrece el pecho a menudo día y noche. Hazte a la idea de que pasarás mucho tiempo amamantando a tu bebé durante estas primeras semanas. Un recién nacido normalmente mama entre 8 y 12 veces en 24 horas. No mires el reloj y dale el pecho cada vez que busque o llore, sin esperar a que "le toque". Así establecerás un buen suministro de leche.

Asegúrate de que el bebé succiona eficazmente y en la postura correcta

Permite que el bebé mame del primer pecho todo lo que desee, hasta que lo suelte. Después ofrécele el otro. Unas veces lo querrá, otras no. Así el bebé tomará la leche que se produce al final de la toma, rica en grasa y calorías, y se sentirá satisfecho.

Cuanto más mama el bebé, más leche produce la madre. Es importante respetar el equilibrio natural y dejar que el bebé marque las pautas, mamando a demanda. No es necesario sentir el pecho lleno; la leche se produce principalmente durante la toma gracias a la succión del bebé.

Evita los biberones "de ayuda" y de suero glucosado. La leche artificial y el suero llenan al bebé y minan su interés por mamar, entonces el bebé succiona menos y la madre produce menos leche.

Evita el chupete, al menos durante las primeras semanas, hasta que la lactancia esté bien establecida. Un recién nacido ha de aprender bien cómo mamar del pecho, y tetinas artificiales como el biberón o el chupete pueden dificultar este aprendizaje.

Recuerda que un bebé también mama por razones diferentes al hambre, como por necesidad de succión o de consuelo. Ofrecerle el pecho es la forma más rápida de calmar a tu bebé.

Cuídate. Necesitas encontrar momentos de descanso y centrar tu atención más en el bebé que en otras tareas. Solicita ayuda de los tuyos.

Busca apoyo. Tu grupo local de La Liga de la Leche tiene la información y el apoyo que toda madre lactante necesita.© La Liga de la Leche Internacional 2005

Cuánta leche debe tomar un bebé de 12 meses?

En ocasiones tu bebé pasará por una época de rápido crecimiento y sentirá más hambre. Si durante el desarrollo de tu pequeño tienes alguna ...