domingo, 29 de mayo de 2016

La sexualidad en el hombre después del parto

Al igual que ocurre en el caso de la mujer, los hombres también experimentan cambios tras la llegada de un hijo. Aunque no sufren las complicaciones físicas que sufre su pareja, sí se ven arremetidos por la montaña rusa emocional, el cansancio y las preocupaciones típicas de este período.

Dentro de esta vorágine es frecuente que su vida sexual se vea aparcada durante un tiempo y se centre en el cuidado y bienestar de su pareja y de su hijo.

Sin embargo y aunque no suele ser frecuente, a veces esta falta de interés sexual, sobre todo si se mantiene semanas o algunos meses, puede ser fuente de preocupación en el padre,que desconoce cómo puede afectar el nacimiento a su propia sexualidad. Si ése fuera el caso, es importante que entienda que lo que está experimentando es normal, una reacción de entre las muchas que puede experimentar durante este período.

Distintas posibilidades…. distintos padres

Aunque cada padre puede vivir este período de manera diferente, algunas veces se dispara la preocupación cuando sienten algo que no consideran “normal”. Aquí se recogen algunas de las situaciones que pueden darse durante el puerperio.

No te sientas culpable si:

No te sientes sexualmente motivado Al igual que la madre el padre también es frecuente que vea disminuido su deseo sexual durante un tiempo. No sólo por la preocupación y las nuevas responsabilidades, sino también por el descenso de la testosterona, la hormona responsable del deseo y el impulso sexual. Desde un punto de vista evolutivo, este descenso favorecería la protección y el cuidado de su progenie.

Por el contrario, tu deseo sexual está en pleno auge Eso no significa que seas un mal padre o un egoísta. Tu pareja agradecerá sentirse deseada, mientras no la presiones y respetes el tiempo y el ritmo que ella vaya marcando.

El deseo sexual de tu pareja resurge antes que el tuyo Cada persona tiene su propio ritmo y cada pareja es diferente. No podemos predecir cuándo o cómo volverá el deseo o se reanudará la vida sexual. Mientras haya respeto y entendimiento no habrá problemas en la relación.

En los primeros días de lactancia experimentas sensaciones diferentes con respecto a los pechos de tu pareja, ahora fuente de alimento de vuestro bebé. Los pechos son una de las zonas de la mujer que más atrae sexualmente al hombre. Al principio de la lactancia, algunos hombres pueden experimentar la sensación de que han adquirido una finalidad más práctica que sexual. Con los días esta sensación irá remitiendo y podrás comprobar que ambos fines no son excluyentes.

En algún momento necesitas hablar de algo relacionado con vuestra vida sexual La comunicación es fundamental en la pareja. Escuchar las emociones y sentimientos del otro ayuda a comprenderle y favorece la intimidad.

Al reanudar las relaciones sexuales la mujer experimenta alguna molestia o dolor o tú tienes dificultades en la erección Sois vosotros los que vais marcando vuestro propio ritmo. No pasa nada si las primeras veces no se da un encuentro sexual muy satisfactorio. Cuestión de tiempo.


sábado, 28 de mayo de 2016

Anticoncepción postparto

Aunque durante el período que dura la lactancia no es probable quedarse embarazada, debido al efecto de la prolactina, lo cierto es que no es imposible. Tampoco se puede saber cuándo tendrá lugar la primera ovulación ni la primera menstruación. Por lo tanto es altamente recomendable que se utilicen métodos anticonceptivos cuando se retomen las relaciones sexuales.

Si bien es cierto que existen muchos métodos anticonceptivos no todos son recomendables mientras la madre siga amamantando a su hijo. Para elegir el que más se ajuste a sus necesidades, deberá hablar con su médico y ambos decidirán el más idóneo.


viernes, 27 de mayo de 2016

La sexualidad en el postparto

Una de las preocupaciones que con mayor frecuencia aparece tras dar a luz es la de cuándo retomar la actividad sexual. Tener información sobre la sexualidad en el postparto ayudará a la pareja a entender los diferentes momentos que irán atravesando.

Si bien no hay un momento exacto para reanudar la vida sexual, pues dependerá de cada pareja y sus circunstancias, los médicos normalmente aconsejan esperar a que termine el período llamado cuarentena (de seis a ocho semanas) para que el cuerpo de la mujer descanse y se vaya recuperando.

En cualquier caso, es aconsejable no comenzar antes de que la mujer se sienta bien física y emocionalmente y preparada para ello.

¿Por qué no me apetece?

Además de la falta de apetito sexual, provocada por los cambios físicos, hormonales y psicológicos, existen síntomas típicos del postparto que dificultan llevar a cabo una relación sexual satisfactoria, pudiendo incluso provocar dolor y, en consecuencia, disminuir las ganas de mantener relaciones sexuales.

Éste sería el caso de la sequedad vaginal, lo loquios, el dolor de mamas, las grietas en los pezones, el dolor causado por la episiotomía, etc. Es aconsejable que la mujer no se fuerce y vaya dando pasos a su propio ritmo, consultando con su médico o matrona las dudas que le vayan surgiendo.

Por otra parte, el cansancio, la preocupación y el estrés que conlleva la adaptación a la nueva situación son motivos más que suficientes para que en esos momentos no se considere el sexo como algo prioritario. Sin embargo, cuidado con tomarlo como excusa a largo plazo para no mantener relaciones.

No son pocas las mujeres que tras la llegada de su hijo abandonan completamente su vida sexual y tardan muchos meses en retomarla. Es positivo esforzarse por cultivar esta parcelae ir progresivamente alimentando el deseo. La comunicación con la pareja en este momento es clave para conseguirlo y para que éste no se sienta rechazado o herido.

Qué se puede hacer

No sólo existe una forma de disfrutar del sexo. De hecho, el coito no es más que una parte más de la vida sexual de la pareja. Por lo tanto, si la penetración molesta o duele incluso después de las primeras semanas y de que el médico no lo desaconseje, se pueden ir probando si se desean otras prácticas sexuales que además fomentarán la intimidad.

Es importante para la pareja buscar otras formas de satisfacción. Así por ejemplo, hay algunas zonas erógenas que no se ven influenciadas por los síntomas del postparto, como son la nuca, la parte de atrás de las rodillas, las orejas o el cuello, entre otras. Con los besos, caricias y otras prácticas manuales se pueden estimular esas zonas e ir preparando el cuerpo para otras prácticas.

Por su parte, la mujer puede ir ejercitando su cuerpo mediante los ejercicios de Kegel, que consisten en una serie de movimientos de contracción de la vagina para ir fortaleciendo el tono muscular.

Retomando el coito

Llegó el momento, la pareja se siente preparada para retomar las relaciones sexuales, pero¿cuándo y cómo?

En primer lugar hay que escoger un momento con el que se vaya a gozar de intimidad y tiempo. Por ejemplo, si fuera necesario se puede dejar al bebé con los abuelos o algún otro familiar y celebrar una cena romántica, ir a un hotel o buscar un lugar donde se tengan ganas de ir.

Al reiniciar las relaciones sexuales es importante dedicar tiempo y atención a los juegos preliminares, ya que preparan la vagina para el coito y podrán aliviar el miedo a las molestias de la penetración, si es que éste existiera. En caso necesario, también se puede utilizar unlubricante que facilite la penetración, incorporándolo como un juego más de los preliminares.


jueves, 26 de mayo de 2016

Las relaciones sexuales durante la lactancia materna

Una de las cuestiones que preocupan a la pareja con la llegada del bebé es cómo será la intimidad entre ambos a partir de ahora. Lo cierto es que después del parto se producen cambios en la mujer a todos los niveles, y por supuesto, también en su sexualidad.

Si además la madre elige dar el pecho, en el postparto se produce una revolución hormonal que, como es lógico, influye en su vida sexual. Para comprender mejor estos cambios hablaremos de las relaciones sexuales durante la lactancia materna.

La acción de las hormonas

Para entender lo que sucede en la mujer en el postparto, tenemos que hablar de la acción de las hormonas, ya que los cambios están determinados por causas hormonales.

Durante el embarazo, los altos niveles de progesterona y estrógenos sumados a que las zonas erógenas como pechos y genitales externos están más irrigadas, la mujer puede llegar a experimentar relaciones sexuales más plenas y orgasmos más intensos.

Pero después del parto, el mapa hormonal cambia radicalmente. Estos cambios tienen un fundamento biológico. La succión del bebé estimula la producción de prolactina, hormona que interviene en la producción de leche, mecanismo que frena la secreción de estrógenos provocando, en la mayoría de los casos, una disminución de la líbido.

Es natural que durante el postparto tanto el cuerpo como la mente de la madre esténcentrados en el cuidado del recién nacido. La madre nutre al bebé con su leche, por lo que tiene que estar disponible para él a todas horas, tanto de día como de noche.

En la madre que no da el pecho, los mecanismos biológicos son diferentes, pero la situación emocional es la misma. En ambos casos toda la atención está puesta en el bebé, por tanto es normal que haya un descenso del apetito sexual.

No hay que sentir culpa por ello en absoluto, sino ser conscientes del proceso y hablarlo con la pareja. No es casualidad que ninguna hembra mamífera tenga el celo durante la lactancia. La psicóloga Mónica Serrano nos comentaba en una entrevista que le hemos hecho en el blog que Sólo humanos y canguros tienen relaciones sexuales durante la lactancia.

No todo es cuestión de las hormonas

Además de la disminución del apetito sexual en la mujer provocado por los cambios físicos, hormonales y psicológicos, existen otros síntomas que dificultan las relaciones sexuales en el postparto.

Los loquios del postparto, así como la falta de lubricación vaginal que experimenta la mujer en las primeras semanas 6-8 semanas después del parto dificultan las relaciones sexuales.

Si a esto le sumamos los puntos de la episiotomía o de la cesárea si los hay, en algunos casos dolor en el coito, y el cansancio que supone el cuidado de un bebé recién nacido (ni hablar si hay más hijos), es completamente comprensible que no apetezca mantener relaciones sexuales en esta etapa.

El hombre debe comprender los cambios que se producen en la mujer durante el puerperio y acompañar a su pareja en esta nueva fase de su sexualidad. En él también se producencambios después del parto, por tanto es una nueva oportunidad para experimentar una sexualidad diferente, ir buscando momentos de intimidad que contribuyan poco a poco a recuperar el deseo y encontrar nuevos espacios de comunicación.


miércoles, 18 de mayo de 2016

Pañales de tela: lo que necesitas saber antes de pasarte a los pañales reutilizables

¿Los pañales de tela no te convencen? Solo pensar en la montaña de pañales sucios que te estará esperando cuando llegues del trabajo… ¡qué pereza! Pero si eres una mamá de mentalidad abierta, deberías, al menos, planteártelo. Doctissimo te presenta una pequeña guía para conocer más a fondo este tipo de pañales.

¿De qué está hecho un pañal de tela?¿Cómo se lava un pañal de tela?Pañales reutilizables: ¿son muy caros?¿Dónde comprarlos?

Imperdibles, doblado, lavado, secado… ¿Todo esto te recuerda a la época en la que nuestras abuelas lavaban la ropa en barreños y se deslomaban? Antes que nada debes saber que los pañales de tela han cambiado muchísimo. Alegres y coloridos, prácticos, fáciles de poner, higiénicos, cómodos para el bebé, mucho más ecológicos para el planeta y, en la mayoría de ocasiones, más económicos para los padres, lo cierto es que estos pañales no tienen nada que envidiar a los desechables. 

¿Qué es un pañal de tela?

Cada pañal está compuesto de al menos dos, e incluso a veces tres, elementos: una parte de tejido sobre la que se coloca una capa hipoalergénica y biodegradable para recoger las heces. Y, encima de esa capa, otra capa de protección impermeable que evita cualquier fuga. Los pañales reutilizables suelen cerrarse con un sistema de velcro, con botones o incluso con un snappie (un cierre de plástico que substituye el clásico imperdible). 

¿De qué está hecho un pañal de tela?

Casi siempre de algodón (ecológico o no), poliéster, fibra de bambú o cáñamo para la parte absorbente. La capa de protección puede ser de lana, o forro polar tratado, o de un tejido revestido de poliuretano. Los fabricantes proponen modelos bien distintos, con estampados diferentes y de una amplia gama de colores. ¡El bebé irá a la última moda! 

¿Cuáles son los beneficios para mi bebé?

A diferencia de los otros, los pañales de tela tienen menos posibilidades de provocar alergias, son más cómodos, no irritan la piel del bebé y limitan el desarrollo de la dermatitis del pañal gracias a su composición baja en productos químicos y derivados del petróleo.

Otro beneficio tiene relación con la temperatura, ya que en lugares muy calurosos estos pañales favorecen la transpiración reduciendo la sudoración del peque. También el hecho de que los bebés que han empleado este tipo de pañales tienden a dejar de utilizarlos antes, aprendiendo a controlar mejor sus esfínteres.

¿Qué modelos de pañales de tela hay?

Hoy en día existen tres tipos de pañales:

Clásicos: están compuestos por una capa y por una braguita de protección separada.Todo-en-uno (TE1): la braguita y la parte absorbente están unidas, como si fueran un pañal desechable (tardan más en secarse), y tienen una especie de bolsillo canguro que permite introducir la parte absorbente.Todo-en-dos (TE2): en la parte inferior de la braguita hay unos botones a presión sobre los que se fija un pañal clásico perfilado (con botones a presión adecuados). ¿Cómo se lava un pañal de tela?

A máquina, a 40 °C como máximo. Antes de utilizarlo, se aconseja dejar en remojo el pañal durante diez horas y lavarlo varias veces para que así alcance su absorción máxima. No utilices el detergente clásico, ya que los productos químicos que contienen pueden provocar rojeces e irritaciones en la piel del bebé. Puedes añadir al lavado unas gotas de aceite esencial (lavanda, naranja…) para que los pañales queden bien suaves. 

¿Cuántos necesito?

Todo depende de si lavas pocos, muchos… y también del secado. Lo ideal: tener siempre a mano unos veinte pañales. 

Pañales reutilizables: ¿son muy caros?

Hasta hace un par de años y medio, un bebé utilizaba de media unos 5.500 pañales. Los pañales desechables representan un presupuesto medio de 1.590 € por niño durante este periodo, ya que el coste unitario es de 0,29 €.

En cuanto a los pañales de tela clásicos, se necesitan unos veinte pañales para poder cambiarlos tranquilamente y simplificar la gestión de pañales. El coste de pañales reutilizables de un bebé, desde que nace hasta que empieza a ir al baño él solito, es de 500 €. Sin embargo, debemos contar 70 € de lavado, 120 € de secado y 170 € de detergente ecológico, según el Centro Nacional de Información Independiente de Residuos. El presupuesto total medio de uso de pañales de tela es de 860 € de media.

El coste total, desde el nacimiento hasta que el bebé aprende a hacer sus necesidades solito, juega a favor de los pañales de tela. La diferencia de presupuesto es de 730 €, ya que el coste medio de pañales reutilizables es de 860 € y el de pañales desechables de 1.590 €. ¡Y todo eso sin contar todos los gastos que conlleva un bebé! Esto nos debería hacer reflexionar…

¿Has pensado en alquilarlos?

Si no quieres invertir tanto dinero en pañales reutilizables, hay algunas tiendas que te ofrecen la posibilidad de alquilarlos. 

¿Dónde comprarlos?

En Internet, en las tiendas de puericultura o alimentación biológica, y en tiendas ecológicas. En todos esos establecimientos podrás comprar pañales de tela. Sin embargo, cada vez son más las tiendas de puericultura tradicional (como Prénatal) que los venden.

C. Patez

lunes, 16 de mayo de 2016

El sueño del recién nacido

Los seis estados de vigilia del recién nacido

Del sueño a la vigilia, el recién nacido puede encontrarse en uno de los seis «estados de vigilia» siguientes.
Sueño tranquilo profundo (estadio 1): duerme profundamente, sin la menor agitación visible, pero sus músculos están tónicos. Durante esta fase es cuando se segrega la
hormona del crecimiento.
Sueño activo paradójico (estadio 2): su rostro es expresivo, tiene los párpados entreabiertos, mueve los pies o las manos y su respiración es irregular. Parece que va a despertarse en cualquier momento.
Adormecimiento (estadio 3): está en un estado provisional de semi-somnolencia. Si lo tomas en brazos o le hablas en ese momento, puede despertar.
Despierto tranquilo (estadio 4): está tranquilo, atento a su entorno; se mueve poco, pero es capaz de «responder» imitando una sonrisa o un gesto.
Despierto activo (estadio 5): mueve brazos y piernas y parece que puede ponerse nervioso fácilmente.
Despierto agitado (estadio 6): se pone nervioso, llora y, pese a tus esfuerzos, no consigues calmarle. Durante las primeras semanas, estas fases en que está despierto y agitado son más frecuentes y más largas que las de vigilia o de sueño tranquilo; más adelante se van reduciendo, para desaparecer hacia el tercer mes.

Un marco propicio

Ante todo, un clima afectivo sereno es lo que más favorece el sueño del bebé. Pero también encuentra una sensación de seguridad en los objetos familiares que le rodean.
Disponer de una habitación o de un espacio reservado a sus horas de sueño también le ayudará gradualmente a dormirse sin ti.
¿Dormir con él? De vez en cuando, quizás tengas ganas de dejar que tu bebé duerma contigo, en tu cama. Sin embargo, es mejor que eso no se convierta en un hábito, sobre todo después de los 3 meses. Tu bebé necesita una habitación o un espacio para él. Si lo tienes siempre contigo, si oye siempre hasta el menor de tus movimientos, le resultará más difícil organizar el sueño por sí mismo. El bebé se pasa mucho tiempo durmiendo, y la preciosa canastilla pronto se queda pequeña. Dentro de su cama o de su cuna ya puedes disponer algunos elementos que para él se convertirán en un universo familiar y divertido, pero sin abusar, ya que un exceso de móviles, peluches o sonajeros podría estimularle demasiado y, por lo tanto, ponerle nervioso.

Para ayudarle a dormir

Pasadas las primeras semanas, en general el bebé se duerme mejor justo después de eructar. A menudo es el momento de los mimos. Ya sea tendido sobre ti, o acurrucado en brazos del padre, encuentra las voces, los olores y los gestos que le tranquilizan.
Hay que diferenciar bien los momentos de contacto y de juegos de aquellos otros propicios para el sueño. Para que se duerma, no Hay que hablarle ni llamar su atención, sino permanecer en silencio. A veces, el bebé se duerme en tus brazos. En la medida de lo posible, evita que eso suceda sistemáticamente. Es mejor que el bebé aprenda también a dormirse solo. Una vez en la cuna, si llora un poco, ponle la mano encima para calmarle susurrando unas palabras o una canción. Quizás acabe por dormirse, pero intenta no volver a tomarlo en brazos enseguida. Por supuesto,
asegúrate de que nada le molesta, de que no tiene calor y de que está limpio. Todos estos consejos se aplican aún con mayor motivo por la noche.
¡Ni somníferos ni jarabes! No existen medicamentos adaptados para hacer dormir a un bebé. Los somníferos pueden afectar al desarrollo de su cerebro, en plena maduración. Y los jarabes, que contienen antihistamínicos (contra las manifestaciones alérgicas) o neurolépticos y benzodiacepinas (tranquilizantes), tampoco convienen a los bebés.

Respetar su sueño

Cuando el bebé duerme, necesita tranquilidad. Los pequeños ruidos no le molestan, pero un aspirador o un portazo sin duda le despertarán. A veces, los padres perturban el sueño del bebé al querer hacerlo demasiado bien o debido a la ansiedad. Se acercan con frecuencia a la cuna para comprobar que está bien y, sin querer, despiertan al niño y perturban sus ritmos.
No hay que confundir el estar despierto con el sueño paradójico A veces, con la falta de experiencia, se puede confundir el sueño activo paradójico con un estado de vigilia : el niño parece agitado, abre los ojos, sonríe o lloriquea estando dormido. Pero si lo tomas en brazos en ese momento, le costará mucho volver a dormirse. Es mejor que esperes a que despierte del todo. Pronto sabrás diferenciarlo.
Un bebé bien despierto muestra dos actitudes posibles: o bien está tranquilo, y por ejemplo te mira con los ojos bien abiertos, o bien llora de forma enérgica.

Frente al llanto nocturno

Cuando aún es muy pequeño, antes del primer mes, tu bebé tiene una gran necesidad de que le tranquilices, y tus brazos a veces son la única manera de calmarle. Pero cuando crece, a partir de los 3 meses aproximadamente, enséñale que la noche está hecha para dormir. Y si llora después de comer y de cambiarle, tranquilízale con tu voz y explícale que es hora de dormir (los bebés entienden muy bien lo que se les dice, nunca les hablamos bastante). Si esto falla, siempre puedes tomarle en brazos. Y si, pese a todo, le ofreces la posibilidad de volver a dormirse de vez en cuando sin tu intervención, le ayudarás a conquistar poco a poco su autonomía.

La «crisis» del final del día

Entre la segunda y la décima semanas, con un pico hacia la sexta semana, a menudo entre las 17 y las 23 horas, el bebé se pone a llorar y hasta se retuerce, dando las primeras señales de un intenso malestar. Sin embargo, está limpio, ha bebido y no tiene calor… Es la «ansiedad del anochecer» (los pediatras hablan de «disritmia de la noche»). Este estado frecuente y pasajero corresponde a una fase de vigilia agitada que
desaparece hacia los 3 meses. Tu bebé, que no tiene otra manera de descargar la tensión acumulada durante el día, se «desahoga». Ello forma parte de su adaptación a los ritmos del día y de la noche. Cuando estas crisis de llanto duran más de dos horas, lo cual no es imposible, tus nervios y los del padre se ven sometidos a una dura prueba. Hay que esforzarse por mantener la calma, si no el bebé notará la ansiedad y gritará aún más. Se le puede consolar acunándole, en un ambiente de luz tenue, pero sin hablarle. Y si no se calma, hay que tranquilizarse, porque por mucho amor que reciba puede sentirse desconsolado.
Posibles errores de interpretación Los dolores abdominales que aparecen de forma más irregular durante el día no bastan para explicar por qué llora de noche. Otro error sería interpretar que llora porque tiene hambre. No intentes dar de comer al bebé para calmarle. Procura mantener la sangre fría y rodéale de un ambiente en calma hasta que encuentre su ritmo.

Los métodos

Los períodos de vigilia de un recién nacido son breves, pero muy intensos, dado que todo, sin excepción, es nuevo para él. Ahora se alimenta y respira solo; además, del exterior le llega incontable información visual, sonora, táctil, afectiva… A cada instante aprende y crece, y se recupera de todos estos esfuerzos durmiendo. Pero el sueño no aporta tan sólo reposo al bebé, sino que también es un factor esencial de su desarrollo físico y mental. Cuando el bebé duerme, su cuerpo segrega una hormona del crecimiento. Los circuitos neuronales (nerviosos) también se forman en ese momento, y sus primeras experiencias se inscriben en él. En suma, el sueño es indispensable para él. Así, durante los primeros días, la gran mayoría de los neonatos necesita dormir entre 20 y 23 horas al día; más adelante, de 16 a 20 horas, hasta la edad de un mes, y finalmente, de 16 a 18 horas entre el primer y el cuarto mes.

Un ritmo guiado por el apetito

El recién nacido se despierta a menudo, entre otras cosas porque tiene hambre. Hasta que no alcance un peso suficiente, las tomas deben ser poco espaciadas.
Paulatinamente, su organismo podrá aceptar ingestas menos frecuentes. En general, hacia los 4 meses el bebé duerme de noche y come por lo menos cuatro veces al día.

Pero esta evolución seguirá el ritmo de tu bebé, no puedes imponérselo, sino que se producirá por sí solo. Únicamente puedes favorecerlo respetando dos consejos: no le des de comer cada vez que llora un poco y no le despiertes nunca para darle de comer.
El primer mes Al principio, el recién nacido raramente duerme más de tres horas seguidas. Y cuando se despierta tiene hambre, tanto de día como de noche. A esta edad, necesita comer entre seis y ocho veces al día. Es él quien determinará el número de tomas. Sin embargo, deja que pasen por lo menos dos horas entre cada comida, el tiempo necesario para que digiera bien la leche de la última toma. Si llora antes de hora, procura calmarle sin darle de comer.
De 1 a 4 meses Poco a poco, el bebé será capaz de dormir durante más tiempo sin despertarse, y el número de comidas disminuirá. Algunos niños no duermen una noche seguida hasta los 6 meses o incluso 1 año, mientras que otros ya duermen entre 6 u 8 horas seguidas cuando salen de la maternidad. Eso depende mucho más del bebé que de la actitud de los padres. Los pediatras consideran que cuando tiene un peso de 5 o 6 kilos, el bebé cuenta con reservas suficientes para pasar sin una toma o un biberón toda la noche.
Pero en la práctica, eso varía mucho de un niño a otro, independientemente del peso y la edad.

Distinguir el día y la noche

No puedes esperar que tu bebé sea capaz de distinguir entre el día y la noche antes del primer mes. A partir de entonces, empieza a diferenciarlos progresivamente; duerme más de noche y menos de día. Hacia los 4 meses, este aprendizaje ya suele haber terminado.
Ambientes distintos Es posible diferenciar muy pronto las tomas del día de las de la noche rodeándolas de ritos distintos. De día, el bebé es estimulado por los ruidos cotidianos y el sonido de las voces. De noche todo está más calmado. Para evocar este ambiente, puedes encender una luz tenue, no intentes hacerle sonreír y procura que vuelva a dormirse en cuanto haya eructado.
Primeros rituales para irse a dormir Cuando el bebé empieza a dormir más horas durante la noche, también puedes instaurar ciertos ritos después de la última toma del día. Por ejemplo, después de cambiarle, ponle la ropa de dormir, acuéstale, dile «buenas noches», cierra las cortinas y apaga la luz, y poco a poco entenderá la diferencia entre el día y la noche.





domingo, 15 de mayo de 2016

Me siento culpable por no dar el pecho a mi bebé

Siempre has sido una gran defensora de la lactancia materna y has tenido claro que darías el pecho a tus , pero, una vez nacidos, ha surgido algún inconveniente que te ha impedido llevar a cabo tus planes. Posiblemente, tu bebé no se cogía al pecho, te viste en la obligación de darle una ayuda de leche artificial y desde entonces, no hay quien le dé el pecho, o las grietas en los pezones te dolían tanto que tuviste que empezar a darle el biberón. Ahora, te sientes culpable porque crees que no insististe lo suficiente o piensas que deberías haber aguantado el dolor. Ese sentimiento te hace pensar que no eres una buena madre.

Fuera ese pensamiento. En primer lugar, ya es signo de buena madre preocuparse por la salud de tu pequeño y hacer todo lo que estaba en tu mano para, en aquel momento, solucionar el problema. Las decisiones son una constante en la maternidad y, posiblemente, dejar de darle el pecho ha sido tu primera decisión como madre. Por eso te sientes así, porque todavía eres novata en esto de decidir por otra persona y dudas de si has hecho lo correcto. Si tu  aumenta de peso correctamente, está sano y vital, sin duda, has hecho lo correcto. Quizá te ayude buscar información sobre lactancia: qué hacer en caso de dificultades, cómo lo han hecho otras madres que les pasó lo mismo que a ti, cómo volver a lactancia materna exclusiva cuando se ha dado una ayuda que se necesitaba.



sábado, 14 de mayo de 2016

PREGUNTAS Y RESPUESTAS SOBRE ESTE TEMA: RESFRIADO

1. ¿Si alguien está vacunado contra la gripe, puede contraer resfriados?

Hay más de 200 tipos distintos de virus del resfriado –distintos de los virus que pueden causar la gripe-, siendo los más frecuentes los del grupo de rhinovirus, por eso no sorprende que se pueda contraer esta enfermedad con cierta frecuencia. La época del año típica en que aparecen los resfriados es de septiembre a mayo, período durante el cual algunas personas susceptibles pueden padecer de 4 a 8 resfriados. Ello depende de varios factores, como la edad, la coexistencia de alguna enfermedad crónica, especialmente si afecta al aparato cardiorrespiratorio o al nivel de defensas del organismo.

En la infancia, la asistencia o no a guardería o la presencia de hermanos que sí van a guardería pueden ser factores determinantes en la incidencia del contagio de resfriados). Por norma general, si el niño va a la guardería antes del año, cogerá 1 resfriado por semana; si va antes de los 2 años, 1 cada 2 semanas, y así sucesivamente.


2. ¿Es verdad que la causa de los resfriados es "coger frío" porque no se vaya suficientemente abrigado?

Existe la creencia común de que los niños se resfrían porque "han pasado frío", "por salir con el pelo mojado", "por la corriente de aire" o "por el aire frío", pero esto sólo son creencias sin demasiado fundamento ya que está sobradamente demostrado que la causa de los resfriados son virus que se transmiten de persona a persona.

En realidad, lo que ocurre es que los virus que causan el resfriado común están más presentes durante los meses de frío y se reproducen mejor a bajas temperaturas. El contagio se produce de niño a niño y sí está favorecido por la convivencia en colectividades (colegios y especialmente guarderías).


3. ¿Cómo puedo ayudar a mi bebé a eliminar las mucosidades cuando se resfría?

Es muy importante que enseñes al niño a sonarse en cuanto sea capaz de aprender a hacerlo. Si no sabe, trata de hacerlo tú. Si el ambiente es seco (o está puesta la calefacción) el bebé podrá beneficiarse del uso fraccionado de un humidificador. Las gotas de suero fisiológico o el agua de mar a presión aplicada en la nariz también le ayudarán a respirar mejor. Estos productos se venden en farmacias sin receta médica bajo las marcas SUERO FISIOLÓGICO®, STERIMAR®, SINONMARIN® o RHINOMER F1®, y sirven para favorecer la eliminación de las secreciones y producir estornudos. Cuando haya moco muy abundante o espeso, puede usar una pera o jeringa, o una sonda NARHINEL® para extraerlo, cosa que le será más fácil tras haber administrado las gotas o el agua de mar. Estos métodos son indicados siempre y cuando no se abuse de ellos, ya que pueden irritar la mucosa nasal.


4. Mi hijo siempre acaba con antibióticos cuando se resfría: ¿debo dárselo ya de entrada para que se acorte el proceso?

El uso de antibióticos no está indicado para el tratamiento de las infecciones respiratorias víricas, como es el caso del resfriado común. Sólo debe valorarse la necesidad de su administración si existen complicaciones supurativas por sobre infección bacteriana: otitis media, neumonía, sinusitis, etc.


5. Mi niña lleva ya una semana con mucosidad y tos. Es el tercer resfriado desde que empezó la guardería, ¿como puedo cortárselo, de una vez por todas?

Los resfriados no pueden "cortarse", hay que pasarlos. Se inician con molestias y mucosidad clara en nariz y garganta, fiebre moderada (menor de 39°), y tos seca irritativa que le impide dormir bien. Además los pacientes se sienten enfermos y cansados, algunos se quedan afónicos y se les irritan los ojos, algunos pueden tener también de dolor de cabeza. No es infrecuente que existan síntomas digestivos.

Los síntomas catarrales mejoran en unos 3 días o al cabo de una semana, aunque la secreción nasal se hace más espesa y pasa a ser amarilla o verdosa, y la tos continúa varios días más (sobre todo por la noche) haciéndose más "productiva". Los síntomas suelen desaparecer en unos 10 días, pero la duración total del resfriado oscila entre 7 y 15 días.


6. ¿Debo asustarme cuando mi bebé tiene laringitis y no respira bien?

Siempre que exista dificultad respiratoria hay que permanecer muy alerta a los síntomas de gravedad, para poder valorar la necesidad de hospitalización. Un patrón alterado de la respiración (si respira muy deprisa y esta respiración es quejumbrosa, o silbante o presenta como "pitidos"), cambios en la coloración de la piel, agitación o somnolencia excesivas, rechazo de la alimentación, fiebre alta persistente, escalofríos o sudoración profusa, deben indicar una valoración médica inmediata.

Si el niño tiene dificultad para tragar, si salivea constantemente, si se le hunde el pecho con cada respiración y los labios se le ponen de color morado, si el estridor es intenso y se produce sobre todo cuando el niño inspira (más que cuando tose) debes llevarlo inmediatamente a un servicio de urgencias.


7. ¿Es peligroso tomar cortisona para las bronquitis y laringitis? Tengo mucho miedo de que mi hijo de 2 años se haga adicto a esta medicación, pues ya se la han dado varias veces en el servicio de urgencias.

La medicación antiinflamatoria con corticoides es muy útil para tratar los síntomas en los estados inflamatorios agudos de las vías respiratorias: bronquitis obstructiva o asmática y laringitis. Su uso en tandas cortas de 3 a 5 días no requiere precauciones especiales ya que no crean "adicción". La interrupción brusca después del uso crónico de antiinflamatorios sí puede tener mayor riesgo, que se evita disminuyendo las dosis de manera progresiva en 1 o 2 semanas.


8. ¿Existe algún preventivo como el zumo de naranja, la jalea real o similar que evite los resfriados?

No está demostrada su eficacia como preventivo. En algún trabajo reciente se muestra que el uso combinado de própolis y equinácea parecía disminuir en cierto grado la duración o complicaciones en un pequeño grupo de niños estudiados.


9. ¿Por qué algunos niños se resfrían con mayor frecuencia o gravedad que otros?

Es probable que sea por la suma de diversos factores: en primer lugar, por la inmadurez del sistema de defensas o inmunitario propia de los lactantes a partir de los 6 meses de edad, coincidiendo con la disminución de las defensas o anticuerpos que su madre le transfirió al final del embarazo. También contraen mayor número de resfriados si acuden a guarderías o si tienen hermanos mayores que sí acuden. Una constitución alérgica también puede estar implicada, así como la presencia de un crecimiento excesivo de las vegetaciones (o adenoides) y de las amígdalas.


10. ¿Cómo diferenciar alergia respiratoria y resfriado?

Los resfriados, especialmente si son frecuentes, pueden ser difíciles de diferenciar de una alergia porque los síntomas se parecen. Las alergias tienden a producir una secreción de mucosidad relacionada con los cambios de estación o con el contacto con el polvo, humedad, etc. La alergia se acompaña de tos seca, estornudos muy frecuentes y/o seguidos, picor en los ojos y lagrimeo abundante. Los niños con alergia no tienen fiebre, ronquera ni dolor muscular. Y a diferencia del resfriado, las alergias suelen durar más de dos semanas y pueden iniciarse más bruscamente tras la exposición a aquello que las produce (polvo, polen, etc.). Puesto que el tratamiento del resfriado y de la alergia es diferente, consulta con el médico si tienes dudas.


viernes, 13 de mayo de 2016

Resfriado en bebés

El resfriado común. Consejos sobre la tos.

El resfriado común es en realidad un conjunto de infecciones víricas que afectan a los conductos nasales y a la garganta, y que producen los típicos síntomas (de intensidad y duración variables) del resfriado: los primeros días, el niño tiene mocos de color claro o transparente (como agua), la nariz tapada, estornuda de vez en cuando y se queja de dolor o picor de garganta; también puede presentar una fiebre moderada (menor de 39°), y una tos seca irritativa, frecuente y molesta que le impide dormir bien. Además, los niños suelen quejarse de que se sienten enfermos y cansados.

Algunos niños incluso se quedan afónicos y se les irritan los ojos, mientras que los niños mayores suelen tener también dolor de cabeza. No es infrecuente que existan síntomas digestivos acompañantes, como diarrea, algún vómito y una sensación de poco apetito (la nariz tapada hace que comer les resulte incómodo).

Estas sensaciones tan molestas mejoran en unos 3 días o al cabo de una semana, aunque la secreción nasal se hace más espesa y pasa a ser amarilla o verdosa, y la tos continúa varios días más (sobre todo por la noche) y se hace más "productiva" (parece de pecho y "arranca" mucosidades que no se ven porque se las tragan siempre). Los síntomas suelen desaparecer en unos 10 días, pero la duración total del resfriado oscila entre 7 y 15 días.


Causas

Hay más de 200 tipos distintos de virus del resfriado, los más frecuentes de los cuales son del grupo de los rhinovirus, por eso no sorprende que los niños cojan esta enfermedad frecuentemente.

La época del año típica en que aparecen los resfriados es de septiembre a mayo, periodo durante el cual se pasa una media de 4 a 8 resfriados, aunque esto depende de varios factores, como la edad y la asistencia o no a la guardería del niño (factor determinante en el contagio de resfriados).

Por norma general, si el niño va a la guardería antes del año, cogerá 1 resfriado por semana; si va antes de los 2 años, 1 cada 2 semanas, y así sucesivamente. A los niños que tienen resfriados frecuentes, normalmente no les pasa nada malo, especialmente si van creciendo bien y no han tenido complicaciones derivadas de ellos. No te preocupes demasiado por ello.

Existe la creencia común de que los niños se constipan porque "han pasado frío", "por salir con el pelo mojado", "por la corriente de aire" o "por el aire frío", pero éstas sólo son creencias sin fundamento. En realidad, lo que ocurre es que los virus que causan el resfriado común están más presentes durante los meses de frío. El contagio se produce de niño a niño y está favorecido por la convivencia en colectividades (colegios y especialmente guarderías).


Complicaciones

La idea de que las complicaciones se deben a "resfriados mal curados" es errónea, ya que no hay ningún tratamiento efectivo frente a ellos y sólo queda esperar a que las defensas del niño venzan al virus, cosa que suele suceder casi siempre sin ningún problema. La complicación más común es la infección de oído, que suele sospecharse porque el niño se queja de dolor de oído, o se lo toca con frecuencia, o está más irritable. La fiebre puede reaparecer o no.

La neumonía (o pulmonía) es una rara complicación que hace que el niño respire de forma rápida (más de 40 veces por minuto) y trabajosa (se puede ver claramente cómo el pecho le sube y baja) y que la fiebre supere los 39°. Las sinusitis son poco frecuentes en niños pequeños, y suelen dar fiebre, dolor de cabeza, mal aliento y ojeras. Se detectan porque el niño parece haber empeorado del resfriado anterior y su secreción nasal continúa siendo espesa, amarilla o verde, más o menos abundante más allá de los 7-10 días del resfriado normal.


Nota: Si sospechas que el niño puede tener alguna de estas complicaciones derivadas del resfriado común, llama a tu pediatra para consultarle o acuda al servicio de urgencias. Recuerda que una consulta telefónica no puede sustituir una visita en persona. Si te preocupas o tienes dudas, acude al médico.</p>


Medidas generales para el tratamiento

Es muy importante que enseñes al niño a sonarse en cuanto sea capaz de aprender a hacerlo. Si no sabe, trata de hacerlo tú. Si el ambiente es seco (o está puesta la calefacción) el niño podrá beneficiarse del uso fraccionado de un humidificador. Las gotas de suero fisiológico o el agua de mar a presión aplicada en la nariz también le ayudarán a respirar mejor. Estos productos se venden en farmacias sin receta médica bajo las marcas SUERO FISIOLÓGICO®, STERIMAR®, SINONMARIN® o RHINOMER F1®, y sirven para favorecer la eliminación de las secreciones y producir estornudos. Cuando haya moco muy abundante o espeso, puedes usar una pera o jeringa, o una sonda NARHINEL® para extraerlo, cosa que te será más fácil tras haber administrado las gotas o el agua de mar. Estos métodos son indicados siempre y cuando no se abuse de ellos, ya que pueden irritar la mucosa nasal.

Puesto que los niños resfriados tienen dificultades para comer y dormir, es más práctico utilizar los métodos mencionados antes de las comidas y antes de acostarles. Puede ser útil elevarles la cabecera de la cama poniendo una almohada blanda o algo de ropa debajo de la parte superior del colchón para que no se les tape tanto la nariz. No mezcles preparados concentrados de hierbas (eucaliptos, etc.) con el agua del humidificador ni se los apliques directamente en la piel, especialmente a los niños pequeños.



Medicinas para el resfriado

Aunque se venden cientos de preparados para el resfriado, lo cierto es que no existen fármacos realmente efectivos para acortar su duración, y además, algunos pueden tener efectos secundarios. No es recomendable medicar a niños menores de 6 meses por esta causa, dado que los efectos secundarios negativos son frecuentes. Tampoco es recomendable medicar a niños mayores salvo que los síntomas sean muy intensos (tos u obstrucción nasal) y sea necesario aliviarlos.

Si decides medicar al niño, hazlo sólo en los momentos de más necesidad (al acostarle o antes de llevarle al colegio), ten cuidado de darle la dosis recomendada para su peso o edad (las dosis erróneas pueden ser ineficaces o perjudiciales) y deja de hacerlo si ves que no mejora. Debes abandonar la medicación cuando el niño se sienta mejor y, en cualquier caso, no prolongues un tratamiento con fármacos durante más de 7 días sin haberlo consultado primero con el pediatra.

Hay cuatro tipos de medicinas que supuestamente pueden contribuir a aliviar los síntomas del niño: los antihistamínicos, que disminuyen (pero espesan) las secreciones; los descongestionantes, que disminuyen la inflamación de las mucosas; los expectorantes, que favorecen la expulsión de las secreciones, y los antitusivos, que calman la tos (aunque ésta puede ser útil en algunas fases del resfriado, ya que ayuda a expulsar las mucosidades). Las friegas en el pecho no tienen ninguna utilidad y los antibióticos tampoco curan el resfriado, sino sólo las sobre infecciones causadas por otros microbios (bacterias), y deben usarse siempre por prescripción médica y nunca por iniciativa propia.



Diferencias entre resfriado y alergia

Los resfriados, especialmente si son frecuentes, pueden ser difíciles de diferenciar de una alergia porque los síntomas se parecen. Las alergias tienden a producir una secreción de mucosidad relacionada con los cambios de estación o con el contacto con el polvo, humedad, etc. La alergia se acompaña de tos seca, estornudos muy frecuentes y/o seguidos, picor en los ojos y lagrimeo abundante. Los niños con alergia no tienen fiebre, ronquera ni dolor muscular. Y a diferencia del resfriado, las alergias suelen durar más de dos semanas y pueden iniciarse más bruscamente tras la exposición a aquello que las produce (polvo, polen, etc.) Puesto que el tratamiento del resfriado y de la alergia es diferente, consulta con el médico si tienes dudas.



¿Cuándo debo llevar a mi hijo al médico por un resfriado?

Requiere atención pediátrica inmediata si el niño:

Tiene más de 38° de fiebre y es menor de 2 meses.Le cuesta respirar y no parece que tenga la nariz muy tapada.Respira muy deprisa y esta respiración es quejumbrosa, o silbante o presenta como "pitidos".Está tan irritable que no logra calmarle, o tan somnoliento que no puede despertarle.

Puede esperar unas horas si:

Tiene dolor de oído o de cabeza.Tiene secreciones amarillas o purulentas en los ojos.Hace más de 4 días que tiene fiebre, pero mantiene un buen estado general.Tiene la nariz irritada, como "en carne viva", o tiene costras.
Conducta práctica ante un niño resfriado

Si el niño está cansado, tiene fiebre o se siente enfermo es importante que descanse, aunque no suele ser necesario que permanezca en la cama. La mayor parte de los niños resfriados se muestran poco activos hasta que se sienten mejor. Si ya van a la guardería, es conveniente mantener a los más pequeños en casa durante 2 ó 3 días mientras se recuperan. No hay problema con que los mayores vayan al colegio si se encuentran bien, a menos que tengan una tos frecuente e intensa, fiebre u otros síntomas que interfieran con su trabajo escolar.

Es útil que les ofrezca muchos líquidos para compensar las pérdidas producidas por el aumento de mucosidades. Además, esto les ayudará a que los mocos sean más fluidos y a que las expectoraciones sean más efectivas expulsándolos. No te preocupes si el niño no tiene ganas de comer sólidos.

La fiebre no es dañina para el niño: está producida por las defensas del organismo, que sirven para combatir mejor a los virus. Pero si excede los 38.5-39° o el niño se siente mal, entonces puede ser útil el Paracetamol (GELOCATIL® o APIRETAL® en gotas). Recuerda adecuar la dosis al peso de tu hijo (0,1-0,15 cc por cada kg de peso cada 4-6 horas). Si tiene fiebre pero está dormido tranquilamente, no le despiertes para medicarlo. La ASPIRINA® no está indicada en la fiebre producida por infecciones víricas.


Consejos generales sobre la tos

La tos es uno de los mecanismos que el cuerpo utiliza para eliminar las secreciones infectadas que permanecen en las vías aéreas. Cuando la tos es "productiva" y "arranca mucosidad", no debe intentar suprimirse a toda costa, aunque resultará oportuno calmarla si impide que el niño descanse.

El uso exagerado de descongestionantes y calmantes de la tos no siempre es muy efectivo, y además puede interferir en la tos como mecanismo de defensa natural al hacer que las secreciones sean más espesas y difíciles de eliminar. Si la tos es muy irritativa y seca, los antitusivos o antiespasmódicos pueden estar indicados durante los primeros días para mejorar un poco el confort del paciente. Después, no suelen mejorar la tos residual, que es la que se prolongará a lo largo de 7 a 10 días más.

¡Importante! En raras ocasiones, el comienzo brusco de un estridor o tos "perruna" puede preceder a una crisis de atragantamiento e indicar que un cuerpo extraño ha quedado alojado justo debajo de las cuerdas vocales. Si te encuentras ante una situación así, acude rápidamente al médico o al servicio de urgencias más próximo.


La laringitis

La laringitis o Croup es una enfermedad del aparato respiratorio que afecta principalmente a la laringe y a las cuerdas vocales, pero que puede extenderse a la traquea y vías aéreas que llevan a los pulmones (bronquios). La laringitis está causada por muchos virus diferentes, entre los cuales se encuentran los que producen el catarro común y la gripe. En la actualidad, es muy raro que la cause ninguna bacteria. El contagio de esta enfermedad se produce a través de las secreciones respiratorias expulsadas cuando un niño tose o estornuda cerca de la cara de otro. Cuando estas secreciones se depositan sobre un objeto, el niño también puede recoger los gérmenes al tocarlo con los dedos y luego llevarse las manos a la boca, nariz u ojos.

Los síntomas de la enfermedad comienzan 2 ó 3 días más tarde del contagio. Es típica la tos "perruna" (que suena como el ladrido de un perro), seca, afónica, o "metálica". Generalmente, esta tos se agudiza y empeora durante la noche, o empieza de madrugada. Se acompaña de voz ronca, dolor o picor de garganta y a veces, fiebre de 38º a 40º. A menudo, la tos es tan intensa que origina vómitos. Otras veces, el niño puede presentar un ruido tosco llamado "estridor" cada vez que coge aire (inspira). La fase aguda de la enfermedad termina en sólo 2 ó 3 días, pero la tos más blanda y con mucosidad puede perdurar hasta 1 ó 2 semanas más.

¡Importante! Si el niño tiene dificultad para tragar, si salivea constantemente, si se le hunde el pecho con cada respiración y los labios se le ponen de color morado, si el estridor es intenso y se produce sobre todo cuando el niño inspira (más que cuando tose) debe llevarlo inmediatamente a un servicio de urgencias. </p>


Tratamiento de la laringitis

Casi todos los casos de laringitis mejoran al respirar un ambiente húmedo, aunque es preferible que éste sea más frío que caliente (la mayoría de humidificadores producen aire caliente). Es recomendable no abrigar demasiado al niño ni mantenerle en una habitación cerrada, agobiante o calurosa. Ten por seguro que mejorará mucho respirando el aire fresco de la noche, el del balcón, la terraza o la calle. No te preocupes por dejarle respirar este aire. Hazlo sin miedo, que no por ello "se va a resfriar más". Por otra parte, es probable que él mismo disminuya su actividad física mientras se encuentre mal pero vuelva a moverse mucho o a correr cuando se encuentre mejor. Trata de impedir que se mueva en exceso hasta que esté totalmente recuperado porque si no, le empeorará la tos.

Si ves que el niño tiene la nariz tapada, ponle gotas de suero fisiológico. Si la mucosidad es muy abundante o espesa, aspíralas con una perita de goma o utiliza una sonda tipo NARHINEL®, cuidando de no dañarle la mucosa nasal. Es bueno que el niño tome abundante cantidad de líquidos porque le ayudarán a fluidificar sus mucosidades, pero no lo fuerces si no le apetece, y no esperes que coma demasiado cuando esté en esta situación. Los antitérmicos-analgésicos tipo Paracetamol (APIRETAL® o GELOCATIL® gotas) pueden ser útiles para mejorar la sensación de malestar y para bajar la fiebre. En las laringitis víricas, con mucho las más frecuentes, los antibióticos no están indicados. En algunas ocasiones, sobre todo en casos de dificultad respiratoria importante, el medico podrá recetarle o administrarle antiinflamatorios o fármacos que le ayuden a dilatar los bronquios. Estos fármacos suelen administrarse por inhalación mediante cámaras especiales, pero también por vía oral. Si los síntomas son graves, el caso podrá requerir hospitalización y tratamiento con medicamentos endovenosos junto con inhaladores o nebulizadores.


Contagio de la laringitis

La laringitis es muy contagiosa durante los primeros días del curso de la enfermedad, y poco puede hacerse para prevenir la infección a otros miembros de la familia. De hecho, es muy probable que si hay otros niños en la casa, desarrollen un resfriado con tos y mucosidad, aunque no todos tienen por qué presentar el cuadro completo más aparatoso. Podrán regresar a la escuela o guardería cuando ya no tengan fiebre, respiren adecuadamente y el estridor haya desaparecido, pero no hace falta esperar a que dejen de tener tos (se puede prolongar bastantes días más).


sábado, 7 de mayo de 2016

¿Es seguro poner talco a mi bebé?

El talco para bebé huele bien pero puede causar problemas de respiración y serios daños en los pulmones cuando se inhala y, como vuela por todas partes al aplicarlo, no es fácil evitar que tu bebé lo respire.

El problema es más serio con talco común porque sus partículas son muy pequeñas y fáciles de inhalar. El polvo de maíz es más grande y no es tan fácil de inhalar como el talco común.

Por otra parte, no hay evidencia de que el talco ayude a prevenir o tratar las rozaduras de pañal. La mejor forma de prevenirlas es limpiar y secar o dejar secar al aire las pompitas de tu bebé en cada cambio de pañal y, una vez está seco, aplicar una capa de crema protectora.

Si quieres usar talco, elige los que están hechos a base de harina de maíz. Pon un poco de talco en tu mano, lejos de tu bebé, nunca cerca de él. Guarda el recipiente lejos de tu bebé todo el tiempo para evitar que se caiga y forme una nube de polvo que tu bebé pueda inhalar. Ocasionalmente puedes usar algo de talco medicado en los pliegues de las ingles siempre y cuando no lo respire tu bebé.

Finalmente, para evitar cualquier irritación, lava cuidadosamente cualquier rastro de polvo que se acumule en los pliegues de tu bebé cada vez que cambies el pañal.


viernes, 6 de mayo de 2016

Vestir al bebé en primavera

La primavera ha llegado. Mientras se decide a quedarse, podemos aprovechar para revisar la ropa del bebé y adquirir prendas de entretiempo con las que combatir los bruscos cambios de temperaturatan propios de la nueva estación.

 

Lo primero a tener en cuenta es la zona en la que vivimos. Cierto es que el clima ha enloquecido y las pautas no suelen estar tan marcadas como en años pasados, pero parece bastante probable que sacaremos más partido a un chubasquero en el norte que en el sur.



Con los primeros rayos de sol y la subida de temperatura, apetece hacer más vida en la calle; un gorrito para proteger la cabeza del bebé y una sombrilla para la silla son fundamentales. Además, es bueno llevar siempre una crema infantil con factor de protección para proteger su piel.



El saco de la silla deberá ser más ligero para que le proteja de las corrientes de aire, pero sin abrigarle en exceso. No está de más hacernos con una mosquitera para las siestas en la sillita, a fin de evitar las visitas de los mosquitos.



La ropa debe ser cómoda con tejidos suaves que cuiden su piel, como el algodón. El body es una prenda básica que va adaptándose a las distintas estaciones: manga larga, manga corta, cuello de camisa, cuello alto, o de tirantes.



Los bebés suelen tener una especial fijación con sus zapatitos. Es importante que los bebés más pequeños tengan los pies cubiertospara evitar que se enfríen. Por eso, las prendas enteras que los cubren son una buena opción.



Siempre es bueno tener a mano una chaqueta. Es interesante adquirir al menos una que combine con varias prendas del armario del bebé.



Es práctico comprar la ropa pensando que la que utilicemos en primavera, también nos servirá en verano, así que es mejor no ajustar demasiado las tallas.



En caso de tener la suerte de poder aprovechar vestidos de la temporada pasada o de otros niñas, podemos alargar su vida añadiéndoles una puntilla en el bajo. Según el corte que tengan, también pueden utilizarse de camisolas sobre pantalones.




He engordado mucho durante la lactancia

Con los 2 embarazos me ha pasado igual, durante la lactancia he empezado a engordar un monton. Mi hija ahora tiene 8 meses y aun toma pecho (las tomas que no toma papilla) y ya he engordado desde que la tuve 10 kilos (en 8 meses).

Respuesta de Vanessa Buitrago

Por lo general el peso tiende a disminuir durante la lactancia pero hay casos en los que sucede todo lo contrario.
La llegada de uno más en la familia viene acompañado de un cambio bastante importante en nuestras vidas, provocándonos, en muchos casos, ansiedad. Uno de los mejores “ansiolíticos” que tenemos es la comida, lo que genera una mayor ingesta de alimentos, pudiendo ser ésta excesiva, ocasionando un aumento en la báscula no muy deseado.
Es cierto que no se debe seguir una alimentación enfocada a la bajada de peso durante la lactancia pero en este caso se puede empezar a fomentar puesto que tu hija ya se ha iniciado en la alimentación complementaria y tú cuentas con reservas energéticas suficientes, pero no debes descuidar en ningún caso la calidad de tu alimentación.
Sigue el patrón de Dieta Mediterránea para que sea una alimentación completa, equilibrada y variada. Procura no estar mucho más de tres-cuatro horas sin ingerir ningún alimento o líquido para favorecer a que tu metabolismo este activo a lo largo de todo el día. Además te sacia y evita el picoteo. Lo normal es realizar unas cinco ingestas a lo largo del día. En el desayuno no deben faltar los lácteos, cereales y fruta, en la comida y la cena siempre tiene que estar presentes las verduras, las proteínas y los hidratos de carbono favoreciendo el consumo de fruta como postre. Y, con los tentempiés de media mañana ymerienda deberías completar las recomendaciones de lácteos y frutas acompañados con una pequeña fuente de hidratos de carbono.
Acude a un nutricionista para que estudie tu caso y te diseñe unas pautas personalizadas, no olvides que es una bajada de peso importante y debe ser controlada por un profesional.


jueves, 5 de mayo de 2016

Doy el pecho y tengo mucha hambre

Yo sé que lo mejor es comer de todo, muchas verduras y frutas y por supuesto no tocar los fritos ni todo ese tipo de grasas. Yo estoy dando el pecho y ademas estamos en invierno, así que mi pregunta es, ¿que puedo comer que me sacie? porque me muero del hambre.

Respuesta de Vanessa Buitrago

Debe quedar claro que durante la lactancia no se debe hacer dieta para favorecer la bajada de peso pero es un buen momento para establecer buenos hábitos de alimentación si todavía no están bien implantados.
Parte de los kilos ganados durante el embarazo son una reserva natural de calorías para llevar a cabo una correcta lactancia que garantice un correcto estado de salud para el pequeño y la madre. Lo normal es que vayan bajando de forma gradual y natural durante los primeros meses después del parto.
Por lo tanto, la alimentación durante la lactancia no debe ir enfocada a bajar de peso sino en garantizar un correcto estado de salud para ambos. Se debe seguir una alimentación variada donde esten presentes todos los grupos de alimentos para garantizar un aporte adecuado de todos los nutrientes, que, incluso en algunos casos se ven incrementados en está etapa como el calcio o el hierro.
Para controlar la ansiedad es fundamental que realices cinco comidas al día bien estructuradas y organizadas. En el desayuno no deben faltar 12 los lácteos, cereales y fruta, en la comida y la cena siempre tiene que estar presentes las verduras, las proteínas y los hidratos de carbono favoreciendo el consumo de fruta como postre. Y, con los tentempiés de media mañana y merienda deberías completar las recomendaciones de lácteos y frutas acompañados con una pequeña fuente de hidratos de carbono. Si optas por las variedades integrales incrementarás el poder saciante. Así controlarás el apetito entre horas y evitarás picotear lo que no debes.  Busca alternativas a las galletas, tómate el postre más tarde para que te deje ese sabor dulce que necesitas y, si no controlas así, procura tomarte una o dos galletas nada más.
No olvides moverte y aprovechar para dar paseos con tu pequeñ@, sin duda te ayudaran a recuperar tu peso.



Vanessa Buitrago

SOBRE EL EXPERTO



miércoles, 4 de mayo de 2016

Masaje

Masaje para el bebé recién nacido

En las primeras semanas después del parto, el contacto entre tú y tu pequeño es muy importante. Mediante este masaje para bebé se crea la confianza y un vínculo fuerte con tu hijo. Para no agobierle al principio, debes hacerlo progresivamete, y que sea inicialmente sólo de 5 minutos. Procura que el bebé no esté demasiado cansado o con hambre, podría inquetarse y no disfrutarlo. Encuentra los pasos detallados en 6 consejos del masaje para bebé.

Masaje para bebé - El cuerpo: Masajea todo el cuerpo de tu pequeño con movimientos ligeros y suaves. Llega con la palma de la mano o los pulgares a la cabeza, la cara, los brazos, las piernas y la espalda de tu hijo.

Masaje para bebé - Las manos: Abre la mano del pequeño y presiona levemente con el dedo pulgar sus deditos hacia abajo suavemente. Con el otro pulgar masajea suavemente la palma de la mano y luego cambia de mano.

Masaje para bebé - Los pies: Agarra suavemente el pié de tu hijo con una mano. Coloca el pulgar sobre la planta del pie y frota muy suavemente con el pulgar hacia arriba y hacia abajo, masajeando así la planta del pié. Luego repítelo con el otro pié.

martes, 3 de mayo de 2016

Preguntas sobre el masaje para bebé

¿Por qué un masaje para bebé?

Realizar un masaje al bebé fortalece el vínculo entre tú y tu pequeño. Así vas a conocer su cuerpo en detalle y él disfrutará de tu proximidad física y tu cariño. Igualmente le ayudas a que tenga más consciencia de su cuerpo y a desarrollar así una imagen corporal saludable. Además, a través del masaje para bebé se promueve la estimulación de la circulación de superficie de la piel y se fortalece su sistema inmunológico.

¿Cuando se puede empezar con el masaje para bebé?

Nunca es demasiado pronto para empezar con el masaje para bebé. Tras el nacimiento puedes comenzar a darle masajes, mediante gestos y caricias suaves por su cuerpo. Hasta aproximadamente los dos meses son recomendables los masajes "parciales" para que el niño no se agobie, igualmente procura que no sea de más de cinco minutos. A partir de los dos meses puedes empezar a ampliar progresivamente el masaje a todo el cuerpo.
¡Importante!
Presta atención al realizar el masaje para bebé de no ejercer presión sobre la columna vertebral de tu pequeño, porque sigue siendo muy sensible.

¿Cuándo evitar el masaje para bebé?

Aunque el masaje puede ser muy relajante para tu hijo, en algunos casos quizá es mejor que lo evites. No realices el masaje para bebé especialmente si tu hijo está enfermo o tiene fiebre. Dale el masaje sólo si tú estás tranquila y tienes tiempo, las prisas no son buenas. Si el niño está hambriento o cansado tampoco es recomendable, puede que lo inquietes aún más.

lunes, 2 de mayo de 2016

El bebé no quiere comer papilla: 8 concejos para que coma

Empezar a darle papilla a tu hijo no está exento de problemas. Uno de ellos puede ser que el bebé rechace la nueva comida. Pero ¿por qué no quiere comer? Infórmate aquí de los motivos y encuentra 8 consejos que te ayudarán ..
Además de la leche has decidido empezar a darle a tu hijo papilla pero resulta que éste la recahaza. Cambiar de alimentación se está volviendo un problema porque sencillamente no acepta la nueva comida y no sabes qué hacer. Pues bien, lo primero que has de tener en cuenta es que este rechazo no se debe siempre a qué no le guste la comida. A continuación te informamos de otras posibilidades.

1. El bebé no quiere comer porque no le gusta

La respuesta más fácil al interrogante de por qué tu bebé no quiere comer papilla es que sencillamente no le gustan los ingredientes que has usado. Incluso a esta edad los niños tienen sus propios gustos y saben qué quieren y qué no. Puede ser que las verduras o la fruta que hayas utilizado no esten entre sus preferidas. Sin embargo, si le das un nuevo alimento a tu hijo y lo rechaza eso no quiere decir que no le guste. Dáselo cada día durante una semana. Si aún así sigue rechazándolo puede que no sea el alimento adecuado y puedes pensar una alternativa.

Consejo: Los alimentos que son un poco dulces suelen tener éxito.

2.El bebé no quiere comer porque no tiene hambre

Otra posibilidad de por qué tu bebé no quiere comer papilla es porque no tiene hambre. Eso puede suceder si, por ejemplo, le das la comida del mediodía demasiado pronto y todavá está satisfecho del desayuno. En este caso deberás espaciar más las diferentes comidas. No obstante, de la misma manera que tú no tienes siempre el mismo hambre, el bebé tampoco lo tendrá. Si no quiere comer te lo hará saber moviendo la cabeza o manteniendo la boca cerrada. Deberías aceptar estas señales y no forzarlo a comer.  Cando tenga hambre y quiera hacerlo tranquila que te lo hará saber.

3.El bebé no quiere comer papilla porque está demasiado hambriento

Aunque parezca contradictorio tu bebé no quiere comer porque está demasiado hambriento. Sobre todo al principio puede pasar que tenga tanta hambre que quiera comer de manera rápida y sencilla. Puesto que mamar del biberón o la teta le resulta más sencillo que comer papilla con una cuchara, es posible que consecuentemente se niegue a comer la papilla. Si persistes en el intento es posible ques u rechazo aumente así que lo más fácil es que lo satisfaga y le des lo que quiere. En intentos ulteriores deberá anticiparte al hambre y darle la papilla antes de que esté demasiado impaciente para comer.

4. El bebé no quiere comer papilla porque no le gusta como se come

No a todos los niños les gusta la papilla. Puede deberse a su consistencia o a que no les gsuta comer con cuchara. Los hay que prefieren pasar de la lactancia a la comida normal. Si tu hijo es capaz de masticar y tragar la comida no se pueden poner objeciones. Prueba de darle pqueños trozos de pan o verdura cocida para saber si prefiere esta forma de alimentarse.

5.El bebé no quiere comer papilla porque está despistado

Si tu hijo se despista fácilmente durante la comida y no quiere comer deberías intentar que no tuviera estímulos externos y la hora de comer se desarrolle de la manera más tranquila posible. Si tienes la televisió o la radio encendida debes apagarlas. Los juguetes tampoco te resulttarán una ayuda así que no se los des mientras come. El bebé ha de tener conciencia de la importancia del momento de alimentarse y de hacerlo bien.
No obstante, que tu hijo juegue con la cuchara o la comida no es perjudicial. El hecho de que juegue con la comida no significa que no le interesa sino más bien al contrario, que le interesa mucho por sus cualidades y particularidades. Es una experiencia sensorial importante que le ayudará a acostumbrarse a esta nueva forma de alimentarse. Coge sencillamente otra cuchara e intenta darle de comer mientras el inspecciona la papilla.

6. El bebé no quiere comer papilla por que está inseguro

Para el bebé todo lo nuevo es un reto. Incluso con las cosas que para ti son obvias el bebé deberá ocuparse de resolverlas. Por supuesto esto vale también para la comida. A algunos niños les produce cierta inseguridad la nueva sustancia no fuera el caso de que les pudiera perjudicar.Por eso prefieren no comer.
En estas situaciones debes mantener la calma. Los niños tienen su ritmo para acostumbrarse a la papilla y tu debes dárselo para que adquiera seguridad. Para hacérselo más sencillo puedes ponerle un poco de papilla en los labios y pueda probar su gusto. También puedes darle algunos alimentos para que los investigue. De esta manera los irá descubriendo por su cuenta e incluso puede que le resulte divertido.

7. El bebé no quiere comer papilla porque la situación le supera

Puede suceder que tu bebé se sienta superado por la situación. Debe acostumbrarse a la consistencia y sabor de la papilla y aprender una técnica completamente nueva de alimentarse. Además ha de manipular nuevos instrumentos como la cuchara. Quizás tu hijo no puede procesar todos estos estímulos de una tacada y rechaza el momento de comer.
En este caso puedes ayudarlo reduciéndole los distintos factores. Deja al principio que ingiera la papilla de tus dedos hasta que se haya acostumbrado a su consistencia y gusto. Cunado haya aceptado la papilla puedes introducir la cuchara.
También puedes darle la cuchara para que juegue antes de empezar a darle sus primeras papillas. Pon un poco de agua en ella para que aprenda a utilizarla para ingerir alimentos. De esta manera se acostumbrará a su sabor y a cogerla con las manos.

8. El bebé no quiere comer papilla porque está confuso

A algunos bebés les cuesta comer la papilla porque están costumbrados a mamar del biberón o la teta. Esta manera de alimentarse genera un vínculo entre madre e hijo. Cuando se pasa a la papilla se quedan confusos porque esperan otra cosa de mamá. En estos casos puede ser de ayuda que sea otro miembro familiar, como papá, quien le dé la papilla. Seguro que él se siente orgulloso y agradece la proximidad con el bebé.
No presiones al bebé si no quiere comer papilla
Cuando empieces a darle la papilla no esperes mucho de él. Es normal que la escupa porque todavía no ha aprendido los movimientos necesarios para tragar. Los primeros intentos no son para satisfacer su hambre sino más bien para aprender a comer. No es raro que te cueste de 5 a 8 comidas el que el bebé empiece a comer sin problemas.
Además la capacidad de comer con cuchara se desarrolla en cada niño de manera diferente. Hay niños que acostumbran rápidamente y otros a los que les cuesta un poco más. Es importante que te guies por sus necesidades y disposición. Las comparaciones con niños de su edad sólo harán que aumentar tu impaciencia y el bebé lo notará.
Si tu bebé no quiere comer a pesar de todas las situaciones que te hemos descrito, quizás es que todavía no está preparado para la papilla. Dale el tiempo que necesite. Si quieres saber cómo notar cuándo está preparado puedes consultar nuestro artículo Alimentación complementaria: ¿Está mi 
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Cuánta leche debe tomar un bebé de 12 meses?

En ocasiones tu bebé pasará por una época de rápido crecimiento y sentirá más hambre. Si durante el desarrollo de tu pequeño tienes alguna ...