viernes, 13 de mayo de 2016

Resfriado en bebés

El resfriado común. Consejos sobre la tos.

El resfriado común es en realidad un conjunto de infecciones víricas que afectan a los conductos nasales y a la garganta, y que producen los típicos síntomas (de intensidad y duración variables) del resfriado: los primeros días, el niño tiene mocos de color claro o transparente (como agua), la nariz tapada, estornuda de vez en cuando y se queja de dolor o picor de garganta; también puede presentar una fiebre moderada (menor de 39°), y una tos seca irritativa, frecuente y molesta que le impide dormir bien. Además, los niños suelen quejarse de que se sienten enfermos y cansados.

Algunos niños incluso se quedan afónicos y se les irritan los ojos, mientras que los niños mayores suelen tener también dolor de cabeza. No es infrecuente que existan síntomas digestivos acompañantes, como diarrea, algún vómito y una sensación de poco apetito (la nariz tapada hace que comer les resulte incómodo).

Estas sensaciones tan molestas mejoran en unos 3 días o al cabo de una semana, aunque la secreción nasal se hace más espesa y pasa a ser amarilla o verdosa, y la tos continúa varios días más (sobre todo por la noche) y se hace más "productiva" (parece de pecho y "arranca" mucosidades que no se ven porque se las tragan siempre). Los síntomas suelen desaparecer en unos 10 días, pero la duración total del resfriado oscila entre 7 y 15 días.


Causas

Hay más de 200 tipos distintos de virus del resfriado, los más frecuentes de los cuales son del grupo de los rhinovirus, por eso no sorprende que los niños cojan esta enfermedad frecuentemente.

La época del año típica en que aparecen los resfriados es de septiembre a mayo, periodo durante el cual se pasa una media de 4 a 8 resfriados, aunque esto depende de varios factores, como la edad y la asistencia o no a la guardería del niño (factor determinante en el contagio de resfriados).

Por norma general, si el niño va a la guardería antes del año, cogerá 1 resfriado por semana; si va antes de los 2 años, 1 cada 2 semanas, y así sucesivamente. A los niños que tienen resfriados frecuentes, normalmente no les pasa nada malo, especialmente si van creciendo bien y no han tenido complicaciones derivadas de ellos. No te preocupes demasiado por ello.

Existe la creencia común de que los niños se constipan porque "han pasado frío", "por salir con el pelo mojado", "por la corriente de aire" o "por el aire frío", pero éstas sólo son creencias sin fundamento. En realidad, lo que ocurre es que los virus que causan el resfriado común están más presentes durante los meses de frío. El contagio se produce de niño a niño y está favorecido por la convivencia en colectividades (colegios y especialmente guarderías).


Complicaciones

La idea de que las complicaciones se deben a "resfriados mal curados" es errónea, ya que no hay ningún tratamiento efectivo frente a ellos y sólo queda esperar a que las defensas del niño venzan al virus, cosa que suele suceder casi siempre sin ningún problema. La complicación más común es la infección de oído, que suele sospecharse porque el niño se queja de dolor de oído, o se lo toca con frecuencia, o está más irritable. La fiebre puede reaparecer o no.

La neumonía (o pulmonía) es una rara complicación que hace que el niño respire de forma rápida (más de 40 veces por minuto) y trabajosa (se puede ver claramente cómo el pecho le sube y baja) y que la fiebre supere los 39°. Las sinusitis son poco frecuentes en niños pequeños, y suelen dar fiebre, dolor de cabeza, mal aliento y ojeras. Se detectan porque el niño parece haber empeorado del resfriado anterior y su secreción nasal continúa siendo espesa, amarilla o verde, más o menos abundante más allá de los 7-10 días del resfriado normal.


Nota: Si sospechas que el niño puede tener alguna de estas complicaciones derivadas del resfriado común, llama a tu pediatra para consultarle o acuda al servicio de urgencias. Recuerda que una consulta telefónica no puede sustituir una visita en persona. Si te preocupas o tienes dudas, acude al médico.</p>


Medidas generales para el tratamiento

Es muy importante que enseñes al niño a sonarse en cuanto sea capaz de aprender a hacerlo. Si no sabe, trata de hacerlo tú. Si el ambiente es seco (o está puesta la calefacción) el niño podrá beneficiarse del uso fraccionado de un humidificador. Las gotas de suero fisiológico o el agua de mar a presión aplicada en la nariz también le ayudarán a respirar mejor. Estos productos se venden en farmacias sin receta médica bajo las marcas SUERO FISIOLÓGICO®, STERIMAR®, SINONMARIN® o RHINOMER F1®, y sirven para favorecer la eliminación de las secreciones y producir estornudos. Cuando haya moco muy abundante o espeso, puedes usar una pera o jeringa, o una sonda NARHINEL® para extraerlo, cosa que te será más fácil tras haber administrado las gotas o el agua de mar. Estos métodos son indicados siempre y cuando no se abuse de ellos, ya que pueden irritar la mucosa nasal.

Puesto que los niños resfriados tienen dificultades para comer y dormir, es más práctico utilizar los métodos mencionados antes de las comidas y antes de acostarles. Puede ser útil elevarles la cabecera de la cama poniendo una almohada blanda o algo de ropa debajo de la parte superior del colchón para que no se les tape tanto la nariz. No mezcles preparados concentrados de hierbas (eucaliptos, etc.) con el agua del humidificador ni se los apliques directamente en la piel, especialmente a los niños pequeños.



Medicinas para el resfriado

Aunque se venden cientos de preparados para el resfriado, lo cierto es que no existen fármacos realmente efectivos para acortar su duración, y además, algunos pueden tener efectos secundarios. No es recomendable medicar a niños menores de 6 meses por esta causa, dado que los efectos secundarios negativos son frecuentes. Tampoco es recomendable medicar a niños mayores salvo que los síntomas sean muy intensos (tos u obstrucción nasal) y sea necesario aliviarlos.

Si decides medicar al niño, hazlo sólo en los momentos de más necesidad (al acostarle o antes de llevarle al colegio), ten cuidado de darle la dosis recomendada para su peso o edad (las dosis erróneas pueden ser ineficaces o perjudiciales) y deja de hacerlo si ves que no mejora. Debes abandonar la medicación cuando el niño se sienta mejor y, en cualquier caso, no prolongues un tratamiento con fármacos durante más de 7 días sin haberlo consultado primero con el pediatra.

Hay cuatro tipos de medicinas que supuestamente pueden contribuir a aliviar los síntomas del niño: los antihistamínicos, que disminuyen (pero espesan) las secreciones; los descongestionantes, que disminuyen la inflamación de las mucosas; los expectorantes, que favorecen la expulsión de las secreciones, y los antitusivos, que calman la tos (aunque ésta puede ser útil en algunas fases del resfriado, ya que ayuda a expulsar las mucosidades). Las friegas en el pecho no tienen ninguna utilidad y los antibióticos tampoco curan el resfriado, sino sólo las sobre infecciones causadas por otros microbios (bacterias), y deben usarse siempre por prescripción médica y nunca por iniciativa propia.



Diferencias entre resfriado y alergia

Los resfriados, especialmente si son frecuentes, pueden ser difíciles de diferenciar de una alergia porque los síntomas se parecen. Las alergias tienden a producir una secreción de mucosidad relacionada con los cambios de estación o con el contacto con el polvo, humedad, etc. La alergia se acompaña de tos seca, estornudos muy frecuentes y/o seguidos, picor en los ojos y lagrimeo abundante. Los niños con alergia no tienen fiebre, ronquera ni dolor muscular. Y a diferencia del resfriado, las alergias suelen durar más de dos semanas y pueden iniciarse más bruscamente tras la exposición a aquello que las produce (polvo, polen, etc.) Puesto que el tratamiento del resfriado y de la alergia es diferente, consulta con el médico si tienes dudas.



¿Cuándo debo llevar a mi hijo al médico por un resfriado?

Requiere atención pediátrica inmediata si el niño:

Tiene más de 38° de fiebre y es menor de 2 meses.Le cuesta respirar y no parece que tenga la nariz muy tapada.Respira muy deprisa y esta respiración es quejumbrosa, o silbante o presenta como "pitidos".Está tan irritable que no logra calmarle, o tan somnoliento que no puede despertarle.

Puede esperar unas horas si:

Tiene dolor de oído o de cabeza.Tiene secreciones amarillas o purulentas en los ojos.Hace más de 4 días que tiene fiebre, pero mantiene un buen estado general.Tiene la nariz irritada, como "en carne viva", o tiene costras.
Conducta práctica ante un niño resfriado

Si el niño está cansado, tiene fiebre o se siente enfermo es importante que descanse, aunque no suele ser necesario que permanezca en la cama. La mayor parte de los niños resfriados se muestran poco activos hasta que se sienten mejor. Si ya van a la guardería, es conveniente mantener a los más pequeños en casa durante 2 ó 3 días mientras se recuperan. No hay problema con que los mayores vayan al colegio si se encuentran bien, a menos que tengan una tos frecuente e intensa, fiebre u otros síntomas que interfieran con su trabajo escolar.

Es útil que les ofrezca muchos líquidos para compensar las pérdidas producidas por el aumento de mucosidades. Además, esto les ayudará a que los mocos sean más fluidos y a que las expectoraciones sean más efectivas expulsándolos. No te preocupes si el niño no tiene ganas de comer sólidos.

La fiebre no es dañina para el niño: está producida por las defensas del organismo, que sirven para combatir mejor a los virus. Pero si excede los 38.5-39° o el niño se siente mal, entonces puede ser útil el Paracetamol (GELOCATIL® o APIRETAL® en gotas). Recuerda adecuar la dosis al peso de tu hijo (0,1-0,15 cc por cada kg de peso cada 4-6 horas). Si tiene fiebre pero está dormido tranquilamente, no le despiertes para medicarlo. La ASPIRINA® no está indicada en la fiebre producida por infecciones víricas.


Consejos generales sobre la tos

La tos es uno de los mecanismos que el cuerpo utiliza para eliminar las secreciones infectadas que permanecen en las vías aéreas. Cuando la tos es "productiva" y "arranca mucosidad", no debe intentar suprimirse a toda costa, aunque resultará oportuno calmarla si impide que el niño descanse.

El uso exagerado de descongestionantes y calmantes de la tos no siempre es muy efectivo, y además puede interferir en la tos como mecanismo de defensa natural al hacer que las secreciones sean más espesas y difíciles de eliminar. Si la tos es muy irritativa y seca, los antitusivos o antiespasmódicos pueden estar indicados durante los primeros días para mejorar un poco el confort del paciente. Después, no suelen mejorar la tos residual, que es la que se prolongará a lo largo de 7 a 10 días más.

¡Importante! En raras ocasiones, el comienzo brusco de un estridor o tos "perruna" puede preceder a una crisis de atragantamiento e indicar que un cuerpo extraño ha quedado alojado justo debajo de las cuerdas vocales. Si te encuentras ante una situación así, acude rápidamente al médico o al servicio de urgencias más próximo.


La laringitis

La laringitis o Croup es una enfermedad del aparato respiratorio que afecta principalmente a la laringe y a las cuerdas vocales, pero que puede extenderse a la traquea y vías aéreas que llevan a los pulmones (bronquios). La laringitis está causada por muchos virus diferentes, entre los cuales se encuentran los que producen el catarro común y la gripe. En la actualidad, es muy raro que la cause ninguna bacteria. El contagio de esta enfermedad se produce a través de las secreciones respiratorias expulsadas cuando un niño tose o estornuda cerca de la cara de otro. Cuando estas secreciones se depositan sobre un objeto, el niño también puede recoger los gérmenes al tocarlo con los dedos y luego llevarse las manos a la boca, nariz u ojos.

Los síntomas de la enfermedad comienzan 2 ó 3 días más tarde del contagio. Es típica la tos "perruna" (que suena como el ladrido de un perro), seca, afónica, o "metálica". Generalmente, esta tos se agudiza y empeora durante la noche, o empieza de madrugada. Se acompaña de voz ronca, dolor o picor de garganta y a veces, fiebre de 38º a 40º. A menudo, la tos es tan intensa que origina vómitos. Otras veces, el niño puede presentar un ruido tosco llamado "estridor" cada vez que coge aire (inspira). La fase aguda de la enfermedad termina en sólo 2 ó 3 días, pero la tos más blanda y con mucosidad puede perdurar hasta 1 ó 2 semanas más.

¡Importante! Si el niño tiene dificultad para tragar, si salivea constantemente, si se le hunde el pecho con cada respiración y los labios se le ponen de color morado, si el estridor es intenso y se produce sobre todo cuando el niño inspira (más que cuando tose) debe llevarlo inmediatamente a un servicio de urgencias. </p>


Tratamiento de la laringitis

Casi todos los casos de laringitis mejoran al respirar un ambiente húmedo, aunque es preferible que éste sea más frío que caliente (la mayoría de humidificadores producen aire caliente). Es recomendable no abrigar demasiado al niño ni mantenerle en una habitación cerrada, agobiante o calurosa. Ten por seguro que mejorará mucho respirando el aire fresco de la noche, el del balcón, la terraza o la calle. No te preocupes por dejarle respirar este aire. Hazlo sin miedo, que no por ello "se va a resfriar más". Por otra parte, es probable que él mismo disminuya su actividad física mientras se encuentre mal pero vuelva a moverse mucho o a correr cuando se encuentre mejor. Trata de impedir que se mueva en exceso hasta que esté totalmente recuperado porque si no, le empeorará la tos.

Si ves que el niño tiene la nariz tapada, ponle gotas de suero fisiológico. Si la mucosidad es muy abundante o espesa, aspíralas con una perita de goma o utiliza una sonda tipo NARHINEL®, cuidando de no dañarle la mucosa nasal. Es bueno que el niño tome abundante cantidad de líquidos porque le ayudarán a fluidificar sus mucosidades, pero no lo fuerces si no le apetece, y no esperes que coma demasiado cuando esté en esta situación. Los antitérmicos-analgésicos tipo Paracetamol (APIRETAL® o GELOCATIL® gotas) pueden ser útiles para mejorar la sensación de malestar y para bajar la fiebre. En las laringitis víricas, con mucho las más frecuentes, los antibióticos no están indicados. En algunas ocasiones, sobre todo en casos de dificultad respiratoria importante, el medico podrá recetarle o administrarle antiinflamatorios o fármacos que le ayuden a dilatar los bronquios. Estos fármacos suelen administrarse por inhalación mediante cámaras especiales, pero también por vía oral. Si los síntomas son graves, el caso podrá requerir hospitalización y tratamiento con medicamentos endovenosos junto con inhaladores o nebulizadores.


Contagio de la laringitis

La laringitis es muy contagiosa durante los primeros días del curso de la enfermedad, y poco puede hacerse para prevenir la infección a otros miembros de la familia. De hecho, es muy probable que si hay otros niños en la casa, desarrollen un resfriado con tos y mucosidad, aunque no todos tienen por qué presentar el cuadro completo más aparatoso. Podrán regresar a la escuela o guardería cuando ya no tengan fiebre, respiren adecuadamente y el estridor haya desaparecido, pero no hace falta esperar a que dejen de tener tos (se puede prolongar bastantes días más).


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