domingo, 20 de marzo de 2016

Morder y chupar, una forma de descubrir el mundo

Los primeros meses los bebés lo chupan y lo muerden todo. Nosotros pensamos que lo hacen porque le están saliendo los dientes, pero lo que no sabemos es que cada vez que se llevan algo a la boca están explorando el mundo .
En los primeros meses de vida, las sensaciones que obtienen los bebés a través de la boca les proporcionan una información más eficaz que cualquier otro sentido. Más adelante usarán los juguetes para jugar, pero, con esta edad, los utilizan para investigar y explorar. Y, no solo sus juguetes sino cualquier objeto que se encuentran: unas gafas, una silla o su propia mantita.

El pezón, la tetina, los dedos o la manta
Los bebés se empiezan a chupar el dedo en el útero. Al nacer, siguen con elpezón materno y la tetina. Después descubren sus dedos, la mantita o el puño de tela de su pijama... y así van aprendiendo que existen diferentes texturas, formas y sensaciones.
La boca es su principal ventana hacia el mundo exterior durante los primeros meses de vida ya que su lengua está dotada de muchas terminaciones nerviosas.Al meterse los objetos en la boca, los bebés los muerden con las encías, los chupan y les dan vueltas con la lengua. Exploran e investigan cómo es el objeto de todas las maneras posibles a su alcance.En estos primeros meses, el chupeteo tranquiliza a los bebés y les ayuda a descargar la tensión. Calmarse a sí mismos chupando es su primera muestra de independencia.A los pocos meses ya son capaces de alcanzar los objetos deseados.Debemos andar con mil ojos para que los materiales que lo rodean sean aptos para su insaciable curiosidad bucal.Hay que conseguir que su entorno sea un lugar seguro sin sabotear su afán investigador: debemos eliminar del suelo, de las estanterías bajas y de las mesitas cualquier objeto pequeño que el bebé se pueda tragar.Debemos ofrecerle juguetes de diferentes formas y texturas que se pueda meter en la boca sin peligro para chupar y disfrutar.

Reconocen las cosas por la bocaLos niños chupan objetos para aprender más sobre sus características físicas. A medida que van creciendo, varios factores de su desarrollo intervienen en el proceso: pueden coger lo que les interesa y llevárselo a la boca para un examen más minucioso.Está demostrado que la boca es una fuente de conocimiento del bebéy que el examen oral aumenta su capacidad para reconocer formas visualmente. En varios experimentos se ha dado a chupar diferentes objetos a niños y se ha comprobado que cuando se les muestran imágenes reconocen los objetos que han tenido en la boca.Alrededor de los seis o nueve meses, la investigación chupóptera les inspira a jugar con su voz. Sienten que pueden cambiar el medio gracias a sus ruidos y gestos, y esa exploración les estimula a hacer ruidos con el juguete dentro de la boca.Al final del primer año, el bebé empezará a explorar los objetos de forma diferente. Le interesará más apilarlos y zarandearlos que chuparlos. No debes preocuparte, tu hijo estará aprendiendo a obtener información a través de sus otros sentidos.

Aprender a chuparA los cuatro meses la boca del bebé empieza a desarrollarse para poder comer alimentos sólidos más adelante.En esta etapa, el acto reflejo que poseemos para evitar asfixias les hace expulsar automáticamente cualquier objeto que toque la parte posterior de la lengua.Aprender a chupar ayuda a que ese reflejo se mueva hacia atrás para que el pequeño pueda aceptar comida de diferentes texturas.A los seis meses ya se le puede empezar a alimentar con cuchara sin que su lengua la rechace automáticamente.

¿Qué podemos dejar que el bebé se meta en la boca y qué no?
Además de sus juguetes, el bebé suele meterse en la boca otros objetos que pueden parecer peligrosos. Pero, ¿realmente lo son?
Peluche. El peligro está si no está bien cosido o las piezas están un poco sueltas porque el niño puede atragantarse. Además, conviene lavarlos de vez en cuando con agua tibia y jabón neutro para mantenerlos limpios. Hay que aclararlos bien para que no queden restos de jabón.Pelota. No debe ser más pequeña que una pelota de tenis para evitar que el niño se la meta entera en la boca. Debemos comprobar que es lo suficientemente blanda y que no se le cae la pintura porque nuestro pequeño la podría ingerir.Esponja. Hay que vigilar que no contengan jabón y que no se desprendan trozos. La humedad que acumulan genera hongos, por lo que hay que cambiarlas y esterilizarlas cada cierto tiempo.Móvil. Falta mucho por descubrir sobre los efectos de los teléfonos móviles en los humanos, pero por ahora sí sabemos que un bebé chupando un móvil saldrá menos perjudicado que el propio móvil.Alfombras. Les encanta gatear por esa cosa peluda, pero el sabor de su textura no les suele agradar. Aunque no es posible ni recomendable tener la casa completamente esterilizada, conviene mantener las alfombras limpias y aspiradas, especialmente para que no oculten objetos pequeños que pueda tragarse el bebé.Zapato. El cuero y el plástico son agradables masajeadores de encías, y aunque no sea el mejor juguete, no es terrible que muerda su propio zapatito siempre que lo limpiemos con jabón neutro y agua tibia. Lo que no es muy apropiado es que se lleve a la boca el zapato de su hermano mayor...Papel. En la exploración bucal del bebé la peor parte se la suelen llevar los libros, revistas y periódicos. Aunque no están pensados pra ser chupados, la cantidad de tinta que pueden desprender, muy difícilmente intoxicará a un niño. El mayor riesgo radica en que el pequeño se atragante con un trozo de papel

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