jueves, 3 de marzo de 2016

Morderse las uñas

Por qué los niños en edad preescolar se muerden las uñasEs posible que tu hijo se muerda las uñas por curiosidad, por aburrimiento, para aliviar el estrés, por imitación o por costumbre. Morderse las uñas es el más común de los “hábitos nerviosos”, que incluyen chuparse el dedo, picarse la nariz, tirarse del cabello y rechinar los dientes, y es probablemente el que más se prolonga (hasta la edad adulta) en la vida del niño. 
Morderse las uñas es una manera de aliviar las tensiones intensas, pero pasajeras, de la niñez. Crecer puede causar ansiedad: cuando aprenden algo nuevo en la escuela, por ejemplo, o timidez en una fiesta o en el parque. Si tu hijo se muerde las uñas de forma moderada (no se hace daño) o sin darse cuenta (cuando está distraído viendo la televisión, por ejemplo) o si lo hace como respuesta a momentos de estrés menor, probablemente no hay nada de qué preocuparse. 
Es posible que tu hijo deje de hacerlo por sí mismo, pero existen algunas maneras sencillas de ayudar a eliminar ese hábito si se prolonga demasiado o te resulta muy molesto.
Qué hacer cuando tu niño se muerda las uñasIntenta averiguar la causa de sus ansiedadesEs importante que descubras lo que motiva el comportamiento de tu hijo y que veas si existen situaciones de estrés en su vida que debes solucionar. 
Si sospechas qué está provocando la ansiedad de tu hijo, como un traslado de casa, un divorcio o un nuevo jardín de infancia o un recital de piano que se aproxima, haz un esfuerzo para ayudarlo a hablar de sus preocupaciones. Podría funcionar que mencionar una causa ridícula para que se muerda las uñas: “ya sé, te quieres afilar los dientes” rompa la tensión y haga que te cuente qué es en realidad lo que le está molestando. 
No lo recrimines ni lo castiguesA menos que tu hijo decida dejar de morderse las uñas, es difícil que puedas evitarlo. Al igual que otros hábitos o tics nerviosos, el morderse las uñas suele ser un acto inconsciente. Si tu hijo ni siquiera se da cuenta de que lo hace, recriminarlo y castigarlo no servirá de mucho. Incluso a los adultos les cuesta erradicar este tipo de hábitos, una vez los adquieren. 
Si el hábito en verdad te molesta, pon límites, por ejemplo “nada de morderse las uñas en la mesa”, es una regla tan razonable como “no darle comida al perro de tu plato”. 
Lo más importante es evitar que el tema aumente en proporción y se convierta en un asunto lleno de emociones y estrés. No dejes que perciba tu irritación y le digas “¡deja ya de morderte las uñas que no lo soporto!” ya que podrías convertir el hábito en una lucha de poder. 
Por lo general, mientras no se haga daño y no parezca demasiado estresado, lo mejor es procurar que tenga las uñas cortas para evitar la tentación de mordérselas si las tiene rotas. Haz que tenga las manos limpias para evitar la exposición a gérmenes, y procura que su atención esté enfocada en otro tema. Si lo presionas para que pare, añadirás más estrés y te arriesgarás a que intensifique ese comportamiento. 
Cualquier intervención directa, como aplicarle soluciones amargas sobre las uñas, le parecerá un castigo, aunque esa no sea tu intención. Cuanta menos presión asocie con el hábito, más probable será que pare por su cuenta cuando esté preparado. 
Ayúdalo cuando él quiera pararSi los amigos de tu hijo se burlan de él porque se muerde las uñas, puede que sea el momento de intentar parar y necesitará tu ayuda. Primero, háblale de las burlas y anímalo a que te diga cómo hacen que se sienta. Asegúrale que lo quieres sin importar el aspecto de sus uñas. Luego empieza a pensar en posibles soluciones. 
Habla de romper el hábitoHabla con tu hijo acerca de lo que son los hábitos nerviosos y cómo se pueden romper. Luego decide cuánto te vas a involucrar en el plan. ¿Tu hijo quiere que le recuerdes cuando lo vuelva a hacer? ¿o eso lo molestará? Algunos niños prefieren más ayuda de los padres y otros, en especial los mayores, menos. 
Ayúdalo a ser consciente de su hábitoAnima a tu hijo a que sea más consciente de cuándo y dónde se muerde las uñas. Pónganse de acuerdo en utilizar una clave secreta cuando se olvide, como tocarle el hombro o decirle una palabra clave. 
A algunos niños les resulta útil algo que le recuerde su hábito en el momento en que lo hacen. Esta opción es útil siempre y cuando tu hijo elija probarlo. De lo contrario, le parecerá un castigo. Si él lo desea, ponle curitas de colores en las puntas de los dedos o pegatinas de colores en las uñas, o aplícale una solución amarga que venden en las farmacias (pregúntale al farmacéutico qué producto es seguro para los niños). A algunas niñas una ida al salón y un color de uñas lindo les ayuda a no moderselas más. 
A cada niño le funcionará una técnica diferente, pero cuanto más sienta tu hijo que participa en este proyecto, mayores serán tus probabilidades de éxito y de evitar una lucha de poder. 
Dale alternativasSugiérele una actividad alternativa, como hacer un rompecabezas cuando viaje en auto o sujetar una piedra suave en la mano mientras lee. Practiquen el hábito alternativo juntos durante unos minutos antes de ir a la escuela o a la hora de ir a la cama. 
Puedes tratar también técnicas de relajación cuando ataquen las ganas de morderse las uñas, respiraciones profundas o abrir y cerrar los puños. 
Si tiene edad suficiente, enséñalo a usar una lima de uñas y tenerla a la mano en su habitación o el baño. 
Asegúrate de que esté ocupado jugando y corriendo afuera de ser posible, así quemará la tensión y el nerviosismo. Algunos niños se entretienen bastante con manualidades que tienen sus manos ocupadas y, al mismo tiempo, se relajan. Para otros niños, tocar un instrumento musical funciona. 
Trata y vuelve a tratarExplica a tu niño que la gente responde de diferentes maneras a las diferentes técnicas y anímalo a encontrar lo que funciona para él. En general, mientras más grande sea, más responsabilidad puede tener en identificar la mejor técnica para él. 
Y recuérdale (y recuérdate a ti misma) que los hábitos son difíciles de romper y que ustedes están del mismo lado. Tómate un descanso si lo necesitas y asegúrate de que tu hijo se siente amado y tiene tu atención sin importar cómo vaya su éxito en romper el hábito. Con tiempo, paciencia y perseverancia, lo vencerá.Cuando morderse las uñas es motivo de preocupación
En algunos casos, morderse las uñas puede ser síntoma de una ansiedad excesiva. Consulta con el pediatra si tu hijo se lastima la punta de los dedos o sangra al morderse las uñas, si el hábito de morderse las uñas va acompañado de otros comportamientos como pellizcarse la piel, tirarse de las pestañas o del cabello, o si aparecen cambios en su patrón de sueño.

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