¿Es verdad que los senos pequeños tienen menos leche?

No. Cuando se trata de amamantar, el hecho de tener los senos grandes no es ninguna garantía de que vas a producir más leche. El tamaño de los senos es irrelevante.

El tamaño de los pechos depende más que nada de la cantidad de tejido graso que contienen. Pero el tejido graso no tiene nada que ver con la cantidad o la calidad de la leche que produces.

Son las hormonas (activadas al nacer el bebé y cada vez que lo amamantas) las que estimulan las glándulas mamarias en los senos para que segreguen leche y la empujen hacia los ductos que se encuentran detrás del pezón y la areola (el área oscura alrededor del pezón). Así, cuando el bebé succiona el pecho, la leche llega a su boca.

(Para más detalles, lee Cómo produce tu cuerpo la leche.)

Tus senos se hacen más grandes a medida que se van llenando de leche, incluso durante el embarazo, cuando las glándulas mamarias se preparan para la lactancia. Pero la cantidad de leche que produces depende, normalmente, de lo mucho o poco que amamantas a tu bebé. Cuanto más le des el pecho, más leche producirás.

Sin embargo, si notas que tus senos no crecen ni cambian durante el embarazo y permanecen suaves o blandos en los primeros días tras el parto, podrías tener una condición médica conocida como hipoplasia o insuficiencia de tejido glandular (IGT por sus siglas en inglés).

Las mamás que sufren de IGT no tienen suficientes glándulas mamarias como para tener una buena producción de leche. Tu médico o asesora de lactancia pueden evaluar tu condición y aconsejarte sobre cómo puedes aumentar tu producción y cómo complementar con leche de fórmula o leche materna donada.

Algunos factores que pueden resultar en una baja producción de leche en algunas mujeres son: el fumar, el haber tenido cirugías previas en los senos, el uso de algunos medicamentos como los anticonceptivos, y también algunas condiciones médicas. Si te preocupa tu producción de leche, habla con tu médico o asesora de lactancia.